Han pasado más de seis años desde que Arancello Federica -licor de naranja al estilo de los «limoncellos» italianos elaborado en Valencia por la compañía Arancello en colaboración con la bodega Pago de Tharsys- irrumpiese en el mercado de los licores y bebidas espirituosas. Durante todo este tiempo, Federica se ha convertido en una de las bebidas mejor valoradas por los amantes de este tipo de productos.

La calidad de las materias primas empleadas (se elabora con las mejores naranjas) y su llamativa puesta en escena (su etiqueta es una obra de arte de la artista zaragozana Eva Armisén, una de las pintoras de mejor reputación en los círculos artísticos internacionales) han convertido a Federica en un «superventas» no sólo en el mercado nacional, sino también fuera de nuestras fronteras, con presencia en más de una docena de países de todo el mundo. Actualmente los productos de Arancello se distribuyen a partes iguales entre el mercado nacional y el internacional, pero Marc Agliata, responsable de la compañía, confiesa que, «con los últimos contactos comerciales que hemos tenido fuera de España, el objetivo en los próximos años es aumentar las cifras de comercialización fuera de España».

Tras lanzar dos nuevas etiquetas hace unos años (el licor de limón Celestino y la crema de naranja Josefina) la compañía valenciana ha decidido aumentar el portfolio de productos, que ahora alcanza la categoría de «familia numerosa». Así, se acaban de lanzar tres nuevas referencias, el licor de violeta Apolonio, el licor de mojito Habanero y el licor de sangría Filomena, todos con un etiquetado que mantiene la línea abierta con Federica y con una concepción más cosmopolita, ya que están dirigidas a un perfil de consumidor que busca nuevas propuestas.

Coincidiendo con el lanzamiento de estos tres nuevos licores, la empresa ha decidido modificar levemente la formulación de todos, manteniendo todas las cualidades de cada uno de ellos pero rebajando su graduación alcohólica. En la actualidad, Arancello produce alrededor de treinta y cinco mil botellas anuales -en su mayoría de Federica-, aunque el objetivo a corto plazo es aumentar esas cifras y triplicar la producción para abastecer todos los mercados internacionales.