Acaban de entregarle en Tordesillas el premio nacional FECOES al mejor enólogo del año. ¿Esperaba un reconocimiento así?

No, para nada. Pienso que, al menos en mi campo, el premio consiste en poder crear añada tras añada vinos que encajen en los mercados y nos den prestigio y dimensión internacional. Los reconocimientos están muy bien, sobre todo por lo que supone para la entidad a la que represento, pero no elaboramos pensando en los reconocimientos externos que puedan llegar.

En febrero se han cumplido 7 años de su incorporación a la dirección técnica de Coviñas. ¿Cuál es el balance?

No pensaba en que, después de siete años, estaríamos en este punto del camino. La entidad ha crecido mucho, tanto en el plano comercial como en el técnico, y nuestros socios-viticultores se sienten cada vez más identificados con la marca y con la calidad. Eso hace que en el apartado técnico todo sea más sencillo, porque la materia prima y la cualificación de los profesionales del equipo es cada vez mayor.

Desde que comenzó su andadura profesional, ¿con qué vino que haya elaborado se siente más identificado?

Es complicado. He tenido la suerte de elaborar en bodegas donde he podido sentirme identificado con lo que hacía, pero si tengo que ser sincero, es en Coviñas donde más he podido dar rienda suelta a esa creatividad que llevamos dentro los enólogos. Volviendo a la pregunta, en realidad tendría que decir dos: Al Vent, por lo que representa en cuanto a frescura, fruta y puesta en escena; y Adnos, este por lo que ha supuesto de respeto a la materia prima, la uva, y por lo que nos ha servido para entender todavía mejor una uva que está grabada en el ADN de Coviñas.

¿Sobre que nuevos vinos o propuestas trabajan a corto plazo?

Acabamos de poner en el mercado el tinto Veterum Vitium, un Bobal de viñedo viejo que podría considerarse como el hermano pequeño de Adnos y con el que queremos democratizar el Bobal de alta expresión. Además estamos trabajando para terminar de completar la gama de ´La Escapada´ en la que ya tenemos a Rosa&Dito y donde llegarán dos etiquetas más. De manera paralela seguimos viendo las múltiples interpretaciones que nos aporta una uva tan personal como es la Bobal.

Está siendo testigo de excepción del crecimiento de Coviñas en el sector vinícola. ¿Cuál es el techo de la entidad?

La verdad es que, afortunadamente, en este momento no terminamos de ver hasta donde podemos llegar. Tenemos implantado un método de trabajo que ha servido no solo para implicar a lo socios, sino también para mejorar el nivel de nuestras elaboraciones. Nuestra competitividad nos sigue abriendo mercados por todo el mundo, y en los que ya estamos la rotación de producto es cada vez mayor.