Sergio Giraldo ha pasado por demasiadas cocinas como para saber a día de hoy qué es lo que de verdad lleva dentro. Llegó a Valencia desde el restaurante Las Rejas (uno de los protagonistas de la revolución gastronómica de principios de siglo) y aterrizó en los fogones de Q´Tomas para ejecutar una cocina que llevaba el sello indeleble de Tomás Arribas. De allí pasó a asesorar el restaurante del Beach Club de La Marina, un transatlántico donde no hay demasiado sitio para darle rienda suelta a la creatividad. Con ese historial de idas y venidas, el verdadero potencial de Giraldo es toda una incógnita. No sabemos hasta qué punto ha estado limitado por sus patronos y ni siquiera cuál es el tipo de cocina que a él verdaderamente le motiva.

En Maremar cuenta con los medios y el respaldo suficientes para atreverse a todo. Le han puesto una cocina a su medida y le dan carta blanca para elaborar la propuesta gastronómica. Sólo el miedo a asustar a la clientela habitual parece limitar ahora su ambición.

Maremar está ubicado en la playa de Pinedo, rodeado de chiringuitos de comida popular, y un restaurante gastronómico demasiado puesto parecía realmente arriesgado. Por eso la carta con la que abre el establecimiento es amplia y diversa, para intentar atraer tanto al cliente habitual de la zona como al aficionado al mundo de la gastronomía que viene siguiendo a Giraldo. Así, de la misma manera que te lanza una reinterpretación del puchero valenciano en versión mar y montaña, te planta en la mesa una ensalada valenciana o una ensaladilla.

Eso sí, en cada plato (así sea tradicional o creativo) se percibe ese punto de calidad que acompaña a quien ha bregado en las grandes cocinas. Me refiero a esa forma de acabar bien los platos o al interés por darle a la receta un puntito de originalidad. Así sus puntillas lucen una fritura irreprochable y la ensaladilla tiene gracia y se prepara con merluza y langostinos. El producto es bueno. Hay marisco de calidad (gamba, cigala, langosta...) pero más importante que esas joyitas es que cualquier receta se haga con un producto digno. Desde esas puntillas (compradas en la lonja de Cullera) hasta los pescados de arpón, pasando por unas huevas que Sergio Giraldo deja a secar en la azotea pintadas en salsa teriyaki.

LO MEJOR. La calidad con la que se plantea una carta tan amplia.

LO MEJORABLE. Utilizar variedades de arroz más adecuadas.

LO IMPRESCINDIBLE. Orientar la silla al Sur. Ver las playas del Saler en el horizonte relaja. Observar las infraestructuras portuarias (al norte del comedor) solo viene a recordarnos los males derivados de un puerto que crece contra su entorno: la destrucción de la punta, el tráfico de camiones, la alteración de las corrientes marinas?

precio medio. 50 euros.

¿DÓNDE? Paseo Marítimo, 20 (Playa de Pinedo 20)

Pinedo, Valencia

TEL. 963248887