Durante muchos años las preferencias al elegir el vino en el restaurante o cuando se compraba para celebrar en casa una comida especial han sido para los vinos tintos, quedando los blancos y rosados en un segundo plano. Pero, a medida que se les fue prestando mayor atención en su elaboración los gustos de los consumidores han ido apreciando su delicadeza y su versatilidad para acompañar las comidas. En lo referente a vinos blancos españoles hay que reconocer el mérito que supuso la revolución que causaron los vinos gallegos de uvas de la variedad Albariño en los años 80 del pasado siglo XX, seguida después por los blancos castellanos hechos con Verdejo, tomando como epicentro la población de Rueda. Dado el éxito de ventas que comenzaron a cosechar los blancos de Verdejo el cultivo de esta antigua varietal se extendió por el resto de Castilla-León, Extremadura, Castilla-La Mancha e incluso Australia. Y es que es una variedad de uva que triunfa allá donde vaya porque, si cuenta con el terreno adecuado y se la entiende bien, seduce con sus aromas que recuerdan a heno e hinojo y, sobre todo, por su paladar, con estructura y buena acidez.

En la Comunitat Valenciana no se encuentra muy extendida, pero encontramos un notable ejemplo en el que hacen en Bodega Sierra Norte, que tiene la mayor parte de sus viñedos en el término municipal de Camporrobles y su centro de operaciones y principales instalaciones enológicas en Requena. En los últimos años han extendido su actividad a otras zonas vitícolas en la búsqueda de nuevos varietales y climas, con la adquisición de bodegas y viñedos en La Roda (Albacete) y en Jumilla (Murcia), y trabajan en cinco denominaciones de origen. Con la añada de 2017 Lorenzo García y Manuel Olmo, responsables de Sierra Norte, han redefinido el estilo de la gama Mariluna con nuevas varietales, nueva imagen y con el sello de cultivo ecológico.

El Mariluna Blanco está hecho con una parte principal de Verdejo (85%) y con Macabeo (15%). Hace siete años reinjertaron la parcela de Fuenteseca con cuatro hectáreas de Verdejo sobre cepas de Bobal plantadas hace más de cuarenta años en un terreno calizo muy pobre y poco profundo, a novecientos metros de altitud, unas condiciones idóneas para esta casta de vid. Además, recondujeron la formación del viñedo en Guyot para mecanizar la vendimia y poder trabajar de madrugada, con la uva más fresca. El Mariluna Blanco 2017 tiene un atractivo color amarillo pajizo. Su aroma es intenso y recuerda a fruta tropical, cítricos y fruta de hueso (albaricoque). En boca se muestra con cierto volumen, buena acidez, es sabroso y tiene permanencia en el paladar. Un blanco que difícilmente defraudará en la mesa.