La sostenibilidad, empieza a ser una realidad en el sistema vitivinícola, que se expande al resto del sistema agroalimentario, como referencia de modelos de producción agraria, al tratar de armonizar producción y medio ambiente, hacer las explotaciones viables y actuar socialmente de forma responsable, manejando conceptos, ideas y aspiraciones.

En la cadena de valor del sistema, desde el campo a la mesa (producción, transformación, comercialización, consumo), con carácter general en todos los procesos y en particular en todas y cada una de las fases que hacen posible que el fruto de la vid en cualquiera de sus expresiones llegue al consumidor, se habla, aplica y evalúa el valor ´sostenibilidad´ casi como intangible de marca.

Algunos pueden preguntarse en que consiste la sostenibilidad, hasta donde llega o como cumplimentar su protocolo. Y la respuesta puede abarcar desde las definiciones del Real Diccionario de la Lengua Española hasta el carácter obligatorio de la legislación de la Unión Europea en materia agroalimentaria que le otorga el marco legal de actuación, seguimiento y apoyo.

En su origen, alcanzar la aspiración de conseguir un equilibrio entre recursos naturales consumidos por el proceso productivo y aportar al mismo un conjunto de acciones de conservación para evitar pérdidas, es uno de los objetivos. En esencia, se establece un cambio de escenario, se modifican reglas, varían posiciones y cambian actores.

La medida afecta, no solo a aspectos tecnológicos, sino también a sociales, económicos, comerciales y valoraciones ante consumidores exigentes y comprometidos. Es una realidad que el sistema vitivinícola se mueve en sentido de mayor compromiso hacia la sostenibilidad como estación de partida hacia mayores estrategias revitalizadoras de todo aquello orgánico, ecológico, biológico, biodinámico, respetuoso con el medio ambiente, etc, y que se impondrán antes o después.

La Oficina Internacional de la Viña y el Vino (OIV) en varias de sus resoluciones de los últimos años apuesta por la viticultura sostenible como base de futuras actuaciones, y la Unión Europea impone en la reglamentación no solo la sostenibilidad, sino la condicionalidad y el greening entre las propuestas del futuro de la PAC a reflejar en las opciones de mejoras sectoriales (inversiones, ayudas, prioridades,...).

De igual forma, Naciones Unidas establece un conjunto de directrices tendentes a que el consumidor y el consumo en el mercado alcance los objetivos de Desarrollo Sostenible en el sistema alimentario, como defensa, colaboración y participación en los objetivos de un mundo mejor en todos los sentidos desde la prevención de catástrofes a la alimentación saludable o la independencia alimentaria.

Si el consumidor asimila y exige un nuevo modelo de calidad y seguridad en el sistema agroalimentario basado en la sostenibilidad, su significado no es una alternativa, eso quiere decir que quien no cumpla con sus normas, por mucha calidad, relación calidad/precio o marketing no estará en los mercados.

Sería deseable que el sector vitivinícola, no viera en la sostenibilidad un castigo, una nueva apocalipsis o algo penalizador y frustante, es una posibilidad de crecer, oportunidad de ayudar a mejorar las condiciones de vida en el planeta tierra y competir todos bajo un modelo de economía homologable. Todos pueden ganar, desde calidad de vida a competitividad de productos, empresa y servicios y sobre todo gana, la madre tierra.

En esta materia, el sector de la viña y el vino, ¿se ha interesado?, ¿ha adoptado medidas para contribuir o más bien está expectante, perezoso y a verlas venir?. Hay empresas/cooperativas que trabajan con decisión, otras no son tan dinámicas y algunas se olvidan. Parece ser que desde 2015 las cosas se ven de otra forma y la presencia española en los Foros internacionales, siendo minoría crece. Es un avance.

También es cierto que la sostenibilidad, per se, no es la panacea y que debe ir acompañada de otros elementos que ayuden a su credibilidad y en ese entorno la certificación técnica, ética, económica y social debe ser la compañera de viaje que ayude a la competitividad, así como una veraz información.