Rafael Cambra fue el bodeguero que puso en valor la Monastrell valenciana con vinos como su Cambra Uno desde su primera añada de 2001, o con los Minimum y El Bon Homme, en los que se combina con las Cabernet Franc y Cabernet Sauvignon respectivamente.

En los últimos tiempos Cambra ha consolidado su proyecto enológico con la bodega donde elabora Fontanars del Alforins, en la zona Clariano de la DOP Valencia. Y con la adquisición de la Finca Casa Boscà, una antigua casa agrícola rodeada de 5,5 hectáreas de viñedo en las que ha plantado Monastrell, Arco, Bonicaire, Rojal y Forcayà, en 15 bancales escalonados en la cara norte de la montaña que llegan hasta el bosque de pinos. Con ellas hace un ensamblaje para elaborar el Casabosca, que combina la Monastrell con las varietales minoritarias de las que todavía queda algún testimonio en la comarca, elaborado con una pequeña parte de raspón y en depósito de hormigón, a la antigua usanza.

Dentro de este estilo hace también el Forcayà de Antonia, un tinto hecho con Forcayà de una parcela de cepas viejas próxima a la finca. Y con la variedad Arco (Miguel del Arco) hace otro vino de parcela, una casta autóctona también denostada que se utilizaba tanto para vinificación como de mesa, de racimo muy suelto, ciclo muy largo y hollejo duro que le hace resistir las lluvias a destiempo, muy a tener en cuenta frente al Cambio Climático Global.

Casalabor 2015 es de color rojo cereza, de capa media y ribete con tono amoratado. Aroma de buena intensidad a fruta roja y frutillos silvestres, evocación floral (lavanda), balsámico, con sutiles toques de especias y tostados. En el paladar es ligero, fresco, con excelente acidez y gran sensación frutal a fresas y grosellas. Definiendo un nuevo estilo de vinos mediterráneos.