Para los lugareños, la finca «Casa lo Alto» siempre ha sido uno de los mejores pagos vitivinícolas de la comarca de Requena-Utiel. Enclavada en el término municipal de Venta del Moro, muy cerca de la pedanía requenense de Los Isidros, la bodega y la casa de labranza contemplan desde sus 750 metros de altitud los viñedos (alrededor de 60 hectáreas). La fundación del antiguo caserío data de 1794, y desde entonces la bodega ha sido explotada por diferentes empresas (locales y foráneas) que han elaborado habitualmente vinos maduros de corte clásico con una gran aceptación en el mercado centroeuropeo.

Hace casi dos años el grupo Schenk (cuya filial en España es Bodegas Murviedro) se hizo con la propiedad, hasta ese momento gestionada por los suizos «Haecky», para desarrollar un proyecto que pasa por trasladar a cada botella la esencia del terruño donde se cultivan sus viñedos más viejos de Bobal y Garnacha. El enólogo Víctor Marqués abandonó el departamento técnico de Murviedro para liderar una bodega que presenta ahora sus primeros vinos, dos tintos monovarietales de Bobal y Garnacha que destacan por su carácter frutal, su profundidad y su diversidad de matices.

Según Marqués, los nuevos vinos de 'Casa lo Alto' suponen «romper con el pasado más reciente de la bodega, que se caracterizaba por vinos muy maduros, con largas crianzas. Nuestra idea es devolver el protagonismo a la uva y al terruño, recurriendo a formatos de crianza que nos aseguran una alta carga frutal y una acidez idónea para tener una buena evolución en botella». Ese giro en el estilo de los vinos ha obligado a modificar sensiblemente las pautas de cultivo, apostando ahora por prácticas respetuosas con el entorno y su biodiversidad y aplicando la mínima intervención tanto en el campo como en bodega.

La compañía acaba de iniciar esta misma semana la distribución de sus dos primeras referencias: 'Manzán', un tinto elaborado con uvas de Bobal procedentes de cepas de más de medio siglo cultivadas a 700 metros de altitud y con una crianza de doce meses en barricas de roble usadas que destaca por su intensidad aromática (ciruela, frambuesa, cereza) y su frescura en boca; y 'Rocha Candeal', vino hecho exclusivamente con uvas de Garnacha cultivada a 750 metros de altitud criado en fudres de roble y depósitos de hormigón y que ofrece aromas que recuerdan a monte bajo, flores azules y frutas rojas, con un tacto en boca fresco y sedoso. Ambas referencias -cuyo etiquetado ha sido desarrollado por el diseñador valenciano Dani Nebot- salen al mercado en una limitada edición de 12.000 botellas de cada una.