Los datos más recientes sobre consumo de vino en los hogares revelan que el gasto se ha incrementado en casi un 6% respecto a 2017, aunque la realidad del consumo en España sigue ligeramente a la baja mientras crece en el resto del mundo.

Algo similar ocurre con los vinos rosados de gama media y Premium, que están de moda. En los últimos tiempos no cesa de salir al mercado una amplia variedad de estilos y tonalidades de este tipo de vinos, aunque la tendencia es el perfil provenzal del rosa pálido.

Pago de Tharsys acaba de sacar un «rosé» muy particular, porque no son tantos los rosados con barrica. Se trata de un vino elaborado con Garnacha tinta, una de las varietales predilectas de esta bodega que dirigen Vicente García y Ana Suria en Requena. Con esta casta de vid elaboran también el Millésime Rosé Brut Reserva, un cava destacado entre los de su categoría.

Las uvas son de «vendimia nocturna», cortadas a mano con la ayuda de familiares y amigos que, tras cenar y después de una festiva sobremesa, recolectan algo menos de una hectárea de donde ha salido una producción de 3.333 botellas.

Está elaborado como si fuese un blanco, en «prensa directa», sin apenas contacto con las pieles, solo lo justo para que el mosto tome su delicado color, al estilo de los rosados franceses. El vino acaba de fermentar en barricas de roble francés, donde descansa 2 meses con sus lías.

El Pago de Tharsys VN Rosé es de color rosa pálido con reflejos cobrizos, su aroma está pleno de delicados matices florales y recuerdos a frutillos rojos ácidos, lácteos y suave vainilla. Tiene una entrada de boca fresca, equilibrada por la untuosidad que aportan las lías y que dan volumen a la carga frutal percibida en el olfato. Resulta conveniente tener preparada una segunda botella, porque es una pena cuando se acaba la primera.