En la actualidad el consumidor encuentra infinidad de argumentos para decidirse a la hora de adquirir un vino. Puntuaciones en guías de vinos y medallas en concursos son las más habituales, pero cada vez proliferan mayor número de concursos y termina siendo difícil saber el nivel de fiabilidad de cada uno. Desde hace más de un cuarto de siglo, el Concurso Mundial de Bruselas se ha revelado como uno de los concursos más honestos. Se trata un certamen de carácter itinerante (recaló en la Comunitat Valenciana en el año 2009) que mantiene un estricto proceso de evaluación para calificar los vinos que concurren en cada edición. Es el único concurso que realiza controles de calidad de los vinos premiados después del evento, con el fin de garantizar a los consumidores el máximo nivel de satisfacción y el sistema de evaluación se basa en el estricto modelo diseñado por la OIV y la Unión Internacional de Enólogos. El panel de cata está formado por casi 350 profesionales de todo el mundo, entre ellos masters of wine, enólogos de prestigio y otros profesionales de talla internacional.

Este año, el certamen ha registrado la inscripción de 9.150 vinos de casi 50 países. La Comunitat Valenciana ha conseguido, una vez más, unos magníficos resultados al obtener un total de 31 medallas, 11 de ellas de oro. Anecoop, con la bodega Vinos de La Viña, es la valenciana más galardonada con siete medallas (cuatro de ellas de oro), seguida de Vegamar (tres medallas, dos de ellas de oro) y Murviedro (con otras tres medallas, una de oro).

Entre las sorpresas de este año figuran las medallas de oro cosechadas por el Barón de Turís Reserva, un vino disponible en supermercados y grandes superficies cuyo precio apenas supera los tres euros; y el Dominio de Requena Brut de Pago de Tharsys, uno de los cavas básicos de la bodega. La recién nacida Clos de Lôm se ha estrenado en el certamen con una plata para su tinto de Garnacha.