Poco antes de comenzar el verano de 1938 fueron llamadas a filas las quintas del 27, 28 y 41 para preparar la ofensiva del Ejército de la República que planeaba cruzar el frente del Ebro. La del 41 es la más famosa, la del Biberón, integrada por menores de edad, mientras que las otras eran conocidas como Quintas del Saco, hombres en la treintena que llegaban a las trincheras con la carga de haber dejado atrás una familia y el trabajo con el que la sustentaban. A una de éstas pertenecía el abuelo del sumiller Xavi Nolla, Agustín, almeriense que emigró a Barcelona en busca de un porvenir mejor. Allí conoció a Josefa, una valenciana con la que se casó y soñó un futuro.

Nolla ha querido hacer un homenaje a su abuelo y a los que, como él, se vieron abocados a una guerra de esas que solo interesan a fanáticos y a caudillos que mandan a matarse a los demás. En un recuerdo a las personas que se vieron enfrentadas Nolla ha creado Els Vins de la Memòria, a partir de viñedos que han crecido en los campos de batalla; como el de Vilalba dels Arcs, en la comarca tarraconense de Terra Alta, entre las trincheras de los dos bandos. De allí sale La Bruixa, un blanco brisado fresco y vibrante de Garnacha y Macabeo. Otros de sus vinos son La Memòria, de Garnacha Blanca; y Pólvora, de Trepat, ambos fermentados en bocoyes de castaño.

Quizá el más transgresor sea Lo Ebre, un blanc de noirs de Cariñena y Garnacha Negra de la Conca de Barberà, con reflejos de piel de cebolla, aroma complejo, con frutos rojos y blancos, cítricos, membrillo y evocación mineral. Buena entrada de boca, con volumen, tacto tánico, gran frescura, amargoso, vibrante, salino y persistente. Un vino cargado de emoción, para recordar el sufrimiento y la dureza de aquellos tiempos, para brindar con ellos por la paz.