El yacimiento arqueológico de La Bastida de Moixent atestigua que hace ya dos mil cuatrocientos años se cultivaban viñas y se elaboraba vino en esta zona de la provincia de Valencia. Siglos después, viticultores y enólogos mantienen vigente el legado de sus antepasados, recuperando variedades de uva autóctonas y aplicando técnicas y métodos de elaboración ancestrales que imprimen a sus vinos carácter mediterráneo y una personalidad bien definida. Conocida como la 'Toscana Valenciana', la zona comprendida entre los municipios de Fontanars dels Alforins, La Font de la Figuera y Moixent se ha convertido en uno de los mayores reclamos para el enoturismo y los amantes de la cultura del vino.

Incluida como subzona (Clariano) dentro de la DOP Valencia, durante la última década viticultores y bodegueros han trabajado de la mano para valorizar una zona con nombre propio, 'Terres dels Alforins', que, más allá de su riqueza enológica, propone al viajero paisajes naturales de indudable belleza y una inmersión en la cultura del vino que practicaban nuestros antepasados. Sobre el valle emergen decenas de caseríos, palacios, masías y casas de veraneo que conservan vestigios de como se entendía antaño la cultura del vino, con las típicas 'bodegas fondas' que esconden viejas tinajas de barro soterradas o los 'cups' donde se maceraban las uvas antes de su transformación en vino.

Entre las bodegas que actualmente forman parte del paisaje de Terres dels Alforins destacan firmas como la de Casa Los Frailes, bodega que toma su nombre de los frailes Jesuitas que la habitaron entre los siglos XVII y XVIII. La familia Velázquez gestiona desde hace 13 generaciones una finca con 162 hectáreas de viñedos, almendros, olivos y bosque mediterráneo. De la mano de Miguel (cabeza visible del proyecto) la bodega (emplazada en el término de Fontanars dels Alforins) ha recuperado antiguas estancias como la vieja bodega subterránea en la que se 'esconden' tinajas de barro que moldean sus vinos más expresivos. La apuesta por la viticultura ecológica ha permitido a la compañía conformar una propuesta según los diferentes tipos de suelos de la zona en cada uno de los vinos que elaboran. Las instalaciones se han remodelado para fomentar las visitas, que se pueden realizar todos los sábados (también se admiten otras fechas previa reserva llamando al 962222220). Durante poco más de hora y media los visitantes tienen la oportunidad de pasear entre los viñedos de la finca, acceder a la sala de tinajas, los viejos lagares y las nuevas instalaciones de vinificación. El recorrido concluye con una cata comentada de algunos de sus mejores vinos.

También en el término de Fontanars dels Alforins se encuentra la bodega de Daniel Belda, uno de los apellidos con mayor vinculación al mundo del vino en la zona. Se encuentra en un paraje único, a los pies de la Penya dels Gavilans, y cuenta con una bodega construida en hormigón de acuerdo con las últimas tendencias en arquitectura ecológica y de integración paisajística. Daniel conoce como pocos cada paraje de la zona, y ha sabido extraer a cada uva -autóctona o foránea- todas sus cualidades para elaborar vinos capaces de vencer al tiempo. Visitar sus instalaciones es adentrarse en la pureza del vino. En la actualidad la bodega propone diversas actividades en función del momento en el que se encuentre el viñedo, además de catas personalizadas y cursos de iniciación. Más información sobre visitas llamando al 663183987.

Ubicada en el extremo suroeste de la 'Serra Grossa', la bodega Celler del Roure es otra de las paradas 'obligadas' para entender la realidad vitivinícola de la zona. Las instalaciones se encuentran a pocos metros de La Bastida de les Alcusses, en el término de Moixent. Pablo Calatayud lleva más de dos décadas defendiendo el territorio y apostando por volver al origen, primero recuperando variedades de uva autóctonas casi olvidadas y más adelante trabajando en la crianza en antiguos envases de barro. La bodega está compuesta por varias dependencias, entre ellas la 'Bodega Fonda', una cueva que data de la primera mitad del siglo XVII y que alberga decenas de tinajas de barro soterradas que Pablo ha recuperado para elaborar una colección de vinos hechos a la manera antigua. Para visitar la bodega es necesario concertar cita previa en el teléfono 962295020.