La Payoya es una raza caprina con cuya leche se hacen los aromáticos quesos de las Sierras de Grazalema, pero también da nombre a uno de los vinos que elabora Bodegas La Melonera, en Ronda. Este es un proyecto vitícola iniciado en 2003 por Jorge Viladomiu junto al Grupo Perelada, con el que se han marcado el objetivo de investigar y recuperar tradicionales varietales de vid andaluzas como las Tintilla de Rota, Blasco, Moscatel Morisco, Doradilla, Rome y Melonera. En la Serranía de Ronda han adquirido una finca de casi 200 hectáreas de las que 10 son de vid, distribuidas en bancales entre bosques de encinas.

Tras la plaga de la filoxera no se replantó el viñedo que había sido destruido -y eso que esta comarca es ideal para su cultivo-. Incluso sus vinos habían conocido la fama desde antiguo, como lo atestiguan las monedas acuñadas en Acinipo, una antigua villa romana ubicada a dos kilómetros de La Melonera, que llevan la estampa de un racimo de uvas.

Uno de los vinos que elaboran en La Melonera con la dirección técnica de Ana de Castro es el Payoya Negra. Está hecho con dos castas andaluzas, Tintilla de Rota y Rome, junto con Garnacha y Syrah, prácticamente a partes iguales. Fermentan en depósitos ovoides de hormigón y permanecen un año en fudres de roble francés sin tostar, para respetar las características de cada uva.

El Payoya Negra 2016 tiene el precioso color picota que le cede la Tintilla. Un vino de aroma intenso a frutas rojas maduras, plantas aromáticas y sotobosque, balsámicos y recuerdos a yogur de frutillos silvestres. En boca es sabroso, con sensación de fruta fresca y madura a la vez, terroso, con taninos maduros, goloso, equilibrado. Un vino para abrir un paréntesis y sorprenderse disfrutando de las sensaciones que desprende la copa en constante evolución.