Triquiñuela jurídica en tiempo de descuento. La madre de Jorge Ignacio P. J., el presunto asesino en serie acusado de matar a Marta Calvo, Arliene Ramos y Lady Marcela, y de haberlo intentado con otras ocho mujeres, logró ayer frenar, en el último minuto, su declaración en València ante el juez que instruye la causa contra él como supuesto autor de 37 delitos. Lo hizo enviando un fax personal a 24 horas de la comparecencia, tras el varapalo a la abogada del acusado por actuar en su nombre sin ser la representación letrada de la progenitora, y alegando que «no tenía pasaje» —había sido formalmente citada casi dos semanas antes con una notificación enviada a su domicilio en Palma de Mallorca—.

Finalmente, el juez decidió acceder a sus planteamientos y no solo ha aplazado su comparecencia para el próximo día 21 de octubre, a las 9.30 horas, sino que además le ha concedido que sea realizada por videoconferencia desde los juzgados de Palma «por estimar justificada la petición de la testigo, por motivos económicos y gravosidad en el desplazamiento desde Palma de Mallorca».

Fue ayer por la mañana, mientras el juzgado ultimaba los detalles para esa comparecencia de Pilar Jacome prevista para hoy, 15 de octubre, a las 10.00 horas, cuando un funcionario recibió un fax en el que la madre del presunto asesino en serie pedía nuevamente declarar desde los juzgados de Palma por videoconferencia, pese a que el juez ya había rechazado esa misma solicitud una semana antes.

Al parecer, Pilar Jacome llamó personalmente al Juzgado de Instrucción número 20 de València, el jueves y le dijo a uno de los funcionarios que no podía viajar a València el viernes y que enviaría un escrito urgente a través de una mensajería. Sin embargo, ese escrito nunca llegó —adujo que el mensajero se equivocó de juzgado—, por lo que fue requerida y advertida de que no había llegado solicitud alguna en su nombre al juzgado.

Así, ayer por la mañana, Jacome envió un fax con la misma solicitud y las mismas argumentaciones, a las que finalmente ha accedido el juez, a pesar de que al menos dos de las acusaciones particulares se opusieron a las pretensiones de la madre del presunto asesino en serie.

Tal como adelantó en exclusiva Levante-EMV, el juez citó a Pilar Jacome el pasado 4 de octubre para que compareciese a su presencia hoy, viernes, para responder a las preguntas de las acusaciones particulares y de la fiscal sobre cuánto sabía del asesinato (o, al menos, de la muerte) de Marta Calvo, de los ‘incidentes’ con las otras mujeres y si dio cobertura y apoyo a su hijo para deshacerse de las pruebas que lo podían vincular con la joven de Estivella.

Multa o detención

En el escrito de oposición presentado ayer por la mañana por los letrados que representan a las víctimas y a sus familias, varios de los abogados se negaron, nuevamente, a que la declaración fuese en la distancia, porque va en contra de la inmediación que ordena la ley, pensada precisamente para que el juez no se pierda ninguna de las sensaciones que acompañan a la testificación presencial —lenguaje gestual, reacciones, silencios, estados de ánimo...—.

Las acusaciones particulares que se han opuesto son precisamente las que solicitaron su declaración, la que ejerce la madre de Marta a través de los letrados Pilar Jové y Vicente Escribano y la que ejercen las familias de las otras dos víctimas mortales y de siete de las ocho supervivientes con el letrado Juan Carlos Navarro.

En su escrito de oposición, Jové, para quien el fin último de la estratagema de Jacome es «eludir una vez más su personación en este juzgado», proponía al magistrado la aplicación del artículo 175.5 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que prevé una multa de entre 200 y 5.000 euros a los testigos que no comparecen en el primer llamamiento, y la detención por obstrucción a la Justicia si no acude a la segunda citación.

Tras el aplazamiento ordenado por el juez, ninguna de esas medidas podría ser aplicada, al menos, para este llamamiento inicial.

¿Encubrió a su hijo tras el crimen?

Tal como ha venido informando este diario, Pilar Jacome viajó a València desde Palma de Mallorca el 8 de noviembre de 2019, un día después del asesinato de Marta, y pasó todo aquel fin de semana con su hijo y hasta con los caseros de este. Al irse, se llevó con ella el iPad de su hijo, así como tres prendas usadas de este y el router que le servía internet en casa, en el que quedan registradas las conexiones a la red.

Jacome devolvió esos efectos 12 días después de irse a Palma, después de que la Guardia Civil le dijese que regresase a València y los entregase en mano. Para entonces, su contenido previo al 22 de noviembre ya no pudo ser recuperado.

Aunque Pilar Jacome jamás podría ser juzgada ni, por tanto, condenada por encubrir a su hijo -la ley la exime por el grado de consanguinidad-, sí podría llegar a ser detenida o investigada por ello. En todo caso, está citada como testigo, lo que implica que está obligada a decir la verdad y a comparecer siempre que la requiera un juez.

Sin embargo su colaboración podría ser fundamental para, por ejemplo, ayudar a localizar el cuerpo de Marta Calvo, en paradero desconocido desde aquel 7 de noviembre de 2019.

Ella sabía «todo lo sucedido»

Una de las argumentaciones esgrimidas, por ejemplo, por el letrado Juan Carlos Navarro en el escrito en el que solicitaba la comparecencia de la madre era la «especial» relación que Pilar Jacome mantenía con su hijo. Así lo expresa en su declaración voluntaria ante la Guardia Civil un testigo, amigo muy cercano de Jorge Ignacio P. J., cuando se le pregunta sobre cómo se llevaba el acusado con su madre y cuánto podía saber esta o no.

En varias de sus respuestas, ese testigo, el mismo al que Jorge Ignacio P. J. utilizó para contratar varios seguros de coche e incluyo para deshacerse del Volkswagen Passat ranchera que empleó en el traslado de Marta Calvo, días después del crimen, llega a afirmar que «le extrañaría» que la madre no supiera «todo lo sucedido» con la joven de Estivella en la madrugada de aquel 7 de noviembre en la casa que el presunto asesino tenía alquilada en Manuel.