«Mi hermana Amparo era una mujer alegre, feliz, una buenísima persona que nunca tenía conflictos con nadie, que no tenía una mala palabra. Ella era feliz con sus verduritas y sus gallinas, en el huerto. Y ahora, mira, nos la han matado. Y no ha sido un extraño que haya entrado en la casa o la haya violado. No. Lo ha hecho uno de dentro».

Habla Tomás, en representación de toda la familia de Amparo Montalvá González, la mujer de 53 años salvajemente asesinada en una casa de campo de Alzira por su pareja, Eduardo J. R., quien a estas horas continúa sin ser localizado pese a la intensa búsqueda desplegada por el grupo de Homicidios de la Policía Nacional de València.

«Cada hora que pasa, esto es más inmenso», describe con un dolor tangible en su voz. «Nos ha destrozado la vida, nos ha reventado. Es tan triste...». La familia quiere dejar claro que este crimen machista, el primero perpetrado en la C. Valenciana en lo que llevamos de año, forma parte de lo que considera «una plaga». Desde la sinceridad que le da el momento terrible por el que están pasando los hermanos, los sobrinos y los dos hijos huérfanos que deja el crimen, Tomás advierte: «Que nadie se engañe, esto le puede pasar mañana al de enfrente. A cualquiera. Yo jamás pensé que esto podía pasar en mi casa. Y mira, ha pasado».

«Estaba dejándolo» 

Como tantas otras familias azotadas por un asesinato machista, la de Amparo tampoco creyó que pudieran vivir desde dentro una situación que hasta ahora veían en los medios de comunicación. 

«Nadie podía imaginarlo. Esto es terrible. Lo tenía en su casa, le daba de comer y mira lo que ha hecho...», lamenta con rabia contenida.

Amparo y Eduardo «ni siquiera convivían», explica Tomás. «Ella vivía en esa casa y él iba allí a pasar el día».

El detonante, como sucede en todos los crímenes machistas, la decisión de ella de liberarse de una relación que no le hacía ningún bien. 

La familia sabía que «estaba dejándolo», pero nadie esperaba esa reacción por parte del presunto asesino, que escapó tras acuchillar hasta la muerte a Amparo justo en el corral de las gallinas que ella tanto amaba cuidar.

«Debemos actuar todos contra esta plaga»

«Ahora me doy cuenta de que esto te puede pasar mañana a ti. Lo tienen tan fácil de hacer, sin que veamos qué les pasa para llegar a destruir vidas de esta manera. Y cada vez están mas próximos. Debemos actuar todos contra esta plaga». Son reflexiones de Tomás en su perfil de Facebook que abundan en esa intención de alertar sobre la violencia de género e instar a toda la ciudadanía a un cierre total de filas para combatir el terrorismo machista. 

La familia entera, más unida aún de lo que ya lo estaba antes, espera ahora con impaciencia que la Policía localice al presunto autor del crimen, pero, sobre todo, lo que quieren es recuperar el cuerpo de Amparo «para darle sepultura, por lo menos».

La queja surge sola. «Es indignante. Han pasado dos días y medio y aún no nos la han dado. Y apenas nos informan. Solo queremos tenerla aquí para poder llevarla al tanatorio y sepultarla para pasar cuanto antes este mal trago y empezar un duelo que será largo».

Mientras eso sucede, el grupo de Homicidios ya ha solicitado a la jueza de Instrucción número 7 de Alzira autorización para rastrear al fugitivo a través de distintas gestiones, que, por ahora, no han dado frutos.

El cuerpo sin vida de Amparo fue encontrado al filo de las ocho de la tarde del martes por su hija, que fue a buscarla al gallinero que hay detrás de la vivienda donde residía, una casa de campo al borde de la CV-41, que enlaza Alzira con Carcaixent, alertada porque no sabía nada de ella y no la encontraba en la casa. 

Al mediodía, le había dejado comida en la cocina. La joven no lo sabía, pero en ese momento ya se había producido el asesinato. La hija entró en la vivienda y no se extrañó de no ver ni a su madre ni a la pareja de ella, porque tampoco había señales de que hubiese ocurrido nada, así que dejó la comida y se fue a trabajar.

Al regresar por la noche y ver las luces apagadas y la vivienda aún vacía, fue al corral para toparse con su madre muerta. La chica pidió ayuda al 112 y se puso en marcha el protocolo de delitos violentos.

La autopsia, concluida el miércoles, ha confirmado lo que ya había adelantado la forense de guardia un día antes, que la muerte se produjo por la hemorragia que le causaron las heridas de cuchillo en el cuello. 

Tras el ataque, el presunto asesino tiró el arma junto al cuerpo de su víctima, a la que abandonó para huir. Pasó por casa de un vecino, pidió un vaso de agua y desapareció.

Tres días de luto y una concentración de repulsa

El Ayuntamiento de Alzira ha decretado tres días de luto oficial por el asesinato de Amparo Montalvá. El consistorio lamenta profundamente y condena la muerte de esta vecina y ha convocado a los ciudadanos a participar en una concentración de repulsa a las 12.00 horas de este viernes a las puertas del ayuntamiento, cuyas banderas ondearán a media asta durante los tres días que se prolongue el luto oficial. R.A. Alzira