Una de las condecoraciones más emotivas de cuantas fueron entregadas ayer, en los actos de celebración en València del Día del Pilar, patrona de la Guardia Civil, fue la impuesta al guardia civil Francisco Rodríguez Martínez, que en la mañana del 8 de marzo de 2021, el Día de la Mujer, salvó la vida a María Teresa, de 53 años, después de ser salvajemente apuñalada por su ex pareja, un abogado de 51 años, que la esperó y atacó en Massamagrell, cuando ella se iba a trabajar.
Para asegurar el resultado letal de su acción, el agresor incluso le pinchó una rueda del coche, impidiéndole toda posible huida. Fue un compañero de trabajo de ella, primero, y varios vecinos después, quienes lograron quitarle el agresor machista de encima y reducirlo con armas improvisadas, desde una herramienta a un palo de escoba. Pero fue el agente Francisco, destinado en el servicio de Seguridad Ciudadana del puesto de Massamagrell, quien le salvó definitivamente la vida a María Teresa. Lo hizo, sin dudar un segundo, taponándole las heridas –recibió siete cuchilladas– para frenar una hemorragia que la habría llevado a la muerte en minutos y trasladándola en el vehículo oficial al Hospital Clínico sin esperar a los medios sanitarios. Un verdadero ejemplo del término Benemérita que describe a la institución.
Esa "valentía" es la que destacó ayer el jefe de la Guardia Civil en la C. Valenciana, el general Arturo Prieto, en su discurso durante los actos de la patrona, celebrados este 2022 por primera vez en la calle, con la ciudadanía, y no dentro de un cuartel. Prieto puso en valor esa acción que, afirmó, evitó que María Teresa "pasase a formar parte de la vergonzante lista de mujeres asesinadas en esa lacra que es la violencia de género".
"Gracias a su decisión de taponarle esas siete puñaladas y trasladarla enseguida al hospital logró evitar una muerte segura", concluyó.
