La educación no empieza ni acaba en el colegio y, más allá del papel de los propios padres, las actividades extraescolares han sido uno de los pilares fundamentales en los que se sustentaba la formación de los más jóvenes. Sin embargo, la pandemia del coronavirus ha trastocado todo el edificio, sembrando dudas respecto a la seguridad en los cursos que pueden seguir los alumnos más allá de la escuela.

Mientras las autoridades se esfuerzan en mantener unos protocolos rigurosos en el colegio, con la separación en grupos 'burbuja', fuera de él los niños se relacionan con otras personas, pero también pueden acudir a diferentes clases formativas, de enseñanza o deportivas, que en muchos casos ya venían desarrollando en años anteriores, lo que llena de dudas a los padres.

Estas actividades no lectivas, claves también en la conciliación familiar y profesional, están ahora en entredicho. A falta, en la mayoría de los casos, de normas claras y muy lejos de los protocolos del deporte profesional, los padres dudan ahora si mandar a sus hijos a estas clases, especialmente las que implican contacto físico.

No existe una solución mágica, pero en estos casos las recomendaciones son las mismas que pueden seguirse en un colegio. Ya sean impartidas por colegios u otras instituciones públicas o privadas, en estas actividades hay que procurar mantener la distancia de seguridad, promover el uso de la mascarilla, salvo cuando se practica deporte individual al aire libre, y que los grupos sean estables y sin contacto con otros. Además, es recomendable conocer todos los contactos de un mismo grupo, para poder realizar un rastreo eficaz en caso de la aparición de un positivo por Covid-19.