TURISMO SOSTENIBLE

El resurgir de las vías verdes

La Generalitat refuerza su apuesta por los itinerarios de las antiguas líneas de ferrocarril

La Vía Verde de Ojos Negros es la más larga de España. gva

Algunos de los apeaderos nunca vieron pasar un tren, pues la construcción de la línea ferroviaria se quedó en algunos casos en eso, en un proyecto. Desde 1993, miles de kilómetros de líneas (3.200 en la actualidad) que ya no tienen servicio o que nunca llegaron a tenerlo en toda España, fueron rescatados para reconvertirse en itinerarios cicloturistas y senderistas, bautizadas a conciencia como las vías verdes.

Un total de 224 kilómetros están en la Comunitat Valenciana, repartidos en 13 itinerarios (11 vías verdes y dos rutas ciclopeatonales) de todos los perfiles: en la costa, en el interior, en plena montaña o en zona de huertos y naranjos. No hay ferrocarril, ni pasajeros. Hay túneles, rectas muy largas, puentes y viaductos, animales que se cruzan, apeaderos fantasma y una flora extensa y variada que explota en primavera.

Mayo es el mes de las vías verdes. Ahora, por primera vez, la Generalitat Valenciana celebrará este año tres eventos, uno por provincia, los próximos 8, 15 y 22 de mayo, coincidiendo, además, con el 20 aniversario de la puesta en servicio de la Vía Verde de Ojos Negros, la más larga de España y que discurre entre Aragón y la Comunitat Valenciana.

La Conselleria de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad, que gestiona la ruta de Ojos Negros; la del Mar, en Orpesa-Benicàssim; la Vía Xurra, la de Llíria, y la de Torrevieja, está trabajando en la protección y puesta en valor de estos itinerarios, con el triple objetivo de potenciar el bienestar, el turismo sostenible y el respeto por el medio ambiente. Hay conciencia por consolidar estos enclaves de alto valor paisajísticos.

Las rutas están consideradas como un medio óptimo para promover una cultura nueva del ocio y del deporte al aire libres gracias a recorridos sencillos, seguros y accesibles para personas con discapacidad.

La Generalitat ha destinado una inversión global de más de 75 millones para la creación y mejora de todos los recorridos y también para carriles ciclopeatonales de la Comunitat Valenciana. Por provincias, las actuaciones alcanzarán 58,9 kilómetros de trazados de Alicante, a 33,1 de Castelló y a 131,9 de Valencia.

Nuevos tramos

La conselleria está redactando los proyectos de construcción de la Vía Verde del Serpis entre Muro d’Alcoi y Villalonga, y sacó a licitación la redacción del proyecto del itinerario ciclopeatonal Potries-Gandia, que también es parte de la Vía Verde del Serpis y abarca los municipios de Potries, Beniflà, Beniarjó, Almoines y Gandia.

La ruta del Serpis forma parte de la recuperación del antiguo trazado ferroviario en desuso que unía Alcoi y el puerto de Gandia, y permitirá establecer un itinerario ciclopeatonal continuo de aproximadamente 56 kilómetros, que recorre once municipios de las comarcas de l’Alcoià, Comtat y la Safor.

Impulsadas por la Fundación de Ferrocarriles Españoles, con los populares greenways del Reino Unido o Estados Unidos como referente estas vías accesibles, fáciles y seguras se han convertido en un instrumento ideal del ecoturismo para promover una nueva cultura del ocio y del deporte al aire libre. Gracias a la existencia de esta red de senderos se genera empleo y se ponen en marcha planes de sostenibilidad turística y productos de desarrollo y de turismo activo. Las vías verdes están potenciando nuevos recursos turísticos en las zonas rurales, impulsando la creación de nuevos servicios para los visitantes.

Según una encuesta realizada la Fundación de los Ferrocarriles Españoles (FFE), la actividad de las vías verdes aumentó en un 71,4 % en el último verano. Un síntoma más de como la pandemia impulsó el turismo ecológico y de interior.

El concepto de vía verde comprende no solo el acondicionamiento del trazado ferroviario, sino también la rehabilitación de antiguas estaciones ferroviarias para la instalación de servicios y equipamientos complementarios, como pueden ser los de restauración, alojamiento, alquiler de bicicletas, centros de información o pequeños museos.

Sus promotores no ocultan, eso sí, las debilidades. Entre ellas, la falta de conectividad entre vías, el mantenimiento inadecuado de algunas debido a la falta de recursos de los ayuntamientos o la ausencia en muchos itinerarios de una oferta turística (alojamiento, restauración u oferta cultural) que complemente la vía.

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