Los bañistas llegan en tropel. Desembarcan en kayak. El mar se ha convertido en el coladero de las calas antes secretas. Se viven situaciones como la que se observa en la fotografía. Una excursión de 20 kayaks y 40 bañistas invade un tramo del litoral protegido y de difícil acceso por tierra.
Una cala de Xàbia, atestada
A. Padilla
Los bañistas llegan en tropel. Desembarcan en kayak. El mar se ha convertido en el coladero de las calas antes secretas. Se viven situaciones como la que se observa en la fotografía. Una excursión de 20 kayaks y 40 bañistas invade un tramo del litoral protegido y de difícil acceso por tierra.
Una cala de Xàbia, atestada
A. Padilla
Los bañistas llegan en tropel. Desembarcan en kayak. El mar se ha convertido en el coladero de las calas antes secretas. Se viven situaciones como la que se observa en la fotografía. Una excursión de 20 kayaks y 40 bañistas invade un tramo del litoral protegido y de difícil acceso por tierra.
Una cala de Xàbia, atestada
A. Padilla
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Una cala de Xàbia, atestada
A. Padilla
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Una cala de Xàbia, atestada
A. Padilla
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Una cala de Xàbia, atestada
A. Padilla
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Una cala de Xàbia, atestada
A. Padilla
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Los bañistas llegan en tropel. Desembarcan en kayak. El mar se ha convertido en el coladero de las calas antes secretas. Se viven situaciones como la que se observa en la fotografía. Una excursión de 20 kayaks y 40 bañistas invade un tramo del litoral protegido y de difícil acceso por tierra.