M. Vilaplana, Cocentaina

Las heladas previas al inicio de la campaña y, sobre todo, las abundantes lluvias de las últimas semanas, han reducido la producción un 90%, lo que ha procado la decepción en un sector que viene encadenando varios años de malos resultados.

El mal tiempo se está cebando con los productores de cerezas de la zona de la Marina Alta, El Comtat y l´Alcoià. Las heladas registradas antes del inicio de la campaña ya provocaron una destacable merma en las perspectivas de cosecha. Pese a ello, aún se esperaba alcanzar una producción superior al millón de kilos que, sin embargo, las lluvias de las últimas semanas se han encargado de reducir a la mínima expresión.

El presidente de la Cooperativa Cerezas Montaña de Alicante, Marcos Simón, manifestaba que, a falta de una valoración más exhaustiva, se ha perdido el 90% de la cosecha. «Queda por ver -destacó- qué pasa con las variedades más tardías, pero las previsiones indican que va a continuar lloviendo y, por tanto, las perspectivas no son muy esperanzadoras».

Y es que las precipitaciones son uno de los principales enemigos de este cultivo, dado que las cerezas se agrietan y ablandan, impidiendo su comercialización. «Nos hemos enfrentado a un año bastante atípico. En la campaña de recolección es normal que llueva algún día, pero no de una forma tan continuada y abundante como en este ejercicio», lamentó.

La cooperativa sitúa las pérdidas por encima de los tres millones de euros, a lo que según Simón, hay que sumar los gastos de la infreaestructura humana y logística que es necesaria para la comercialización.

El dirigente agrario mostró su decepción y la del conjunto de los agricultores de la zona. «Venimos varios años encadenando malas cosechas, y es normal que cunda el desencanto. Este año era clave para nosotros, porque podríamos haber llegado al millón y medio de kilos y haber levantado la moral de los asociados. Sin embargo, primero las heladas y después las lluvias han dado al traste con todas las previsiones».

Las pérdidas por las lluvias también han sido notables en la zona de Villena, donde existen varias fincas privadas, así como en el resto de zonas productoras de la península, caso del Valle del Jerte, Zaragoza o Lleida, donde las precipitaciones han sido bastante abundantes.