En pocos días, muchos agricultores empezarán la campaña de la vendimia, que este año por las condiciones climatológicas se ha adelantado unas semanas como consecuencia del fuerte calor del mes de julio. Esto ha hecho que se haya tenido que estar más atento, si cabe, a plagas como el mildiu, el oideo o la polilla, tratando las vides con productos fitosanitarios para evitar que se malogre la cosecha. El calor, pero, sobre todo, los cambios de temperatura favorecen la aparición de hongos como el oideo, siendo unas variedades más sensibles que otras a contraerlo.
A diferencia del año pasado que fue extremadamente seco, la primavera y el verano ha venido acompañado de lluvias, cuando no de tormentas y granizo. Y han sido, precisamente, las tormentas cargadas de granizo las que han arrasado cientos de hectáreas de viñedos. Así Requena, Bocairent, Almansa, Caudete, Banyeres de la Mariola son algunas poblaciones, que han sufrido en sus campos los efectos devastadores, con pérdidas de cosechas, en muchos casos, del 100%. Al daño causado, se le añade el de la próxima cosecha, que también se verá afectada.Con un ojo puesto en el cielo y otro en el terruño, los agricultores valencianos prevén una buena cosecha, en términos de kilos, pero también de sanidad, Ph y maduración, si el tiempo no lo malogra.
Las uvas blancas, las primeras
Las variedades de uvas blancas como la chardonnay o la macabeo son las primeras en vendimiarse, al ser de brotación temprana. Bodegas y cooperativas, ya están preparadas para recibir los primeros remolques cargados de uva. Un vendimia que se prolongará hasta primeros de octubre con las variedades más tardías como la monastrell.