La Safor y la Marina Alta han sido durante siglos dos comarcas históricamente relacionadas a las que un día una división provincial diseñada en el siglo XIX en los despachos de Madrid separó administrativamente. Los municipios situados al norte de la línea entre Villalonga y Oliva quedaron en València, y los del sur en Alicante. En nada ayudó esa nueva división a mantener la cohesión social y a fomentar el desarrollo económico, una situación que hoy en día se sigue padeciendo.
Eso quedó evidenciado el miércoles pasado cuando trece alcaldes o representantes de otros tantos ayuntamientos se reunieron en Oliva para abordar los trágicos accidentes que han acabado con la vida de cuatro ciclistas en el tramo de la N-332 que va de Oliva a Dénia, justo en esa recta que conecta la Safor y la Marina Alta.
La reunión, más allá de abordar cómo atajar los accidentes y evitar más víctimas, también derivó en una relación de reproches de los alcaldes hacia todas las administraciones, las dos diputaciones, la Generalitat y el Gobierno de España, que, como quedó reflejado en el encuentro, han incumplido sistemáticamente y desde hace décadas sus más elementales obligaciones respecto a este territorio y a sus habitantes.
Hablando de carreteras, Magda Mengual, alcaldesa de Gata de Gorgos, reprochó que, además de no haber construido las circunvalaciones de la N-332, lo que genera peligros y contaminación a miles de personas, el Ministerio de Fomento tampoco ha paliado esta situación convirtiendo en gratuita la autopista AP-7, algo que también afecta a municipios como Oliva, Bellreguard, Palmera, l´Alqueria de la Comtessa y Xeraco. Otra de las quejas que mantienen reside en que ni el Estado ni la Generalitat han impulsado la construcción del ferrocarril entre Gandia y Dénia, mientras que las actuales líneas de autobús entre ambas comarcas rememoran al siglo XIX.