La 15K Nocturna se consolida en su tercera edición como la prueba grande que abre el calendario veraniego. Para los valencianos es, cada vez más, una forma de redescubrir su pasión por este deporte y también una ciudad que ven con sus grandes avenidas vacías de tráfico y con las luces encendidas de edificios y monumentos emblemáticos como las Torres de Serranos. Además, para los que llegan de fuera se erige como un un factor de atracción y una forma diferente de hacer turismo.

Así lo confirma la directora en funciones de la Fundación Deportiva Municipal, Mª Ángeles Vidal, quien asevera que “casi se han duplicado los participantes de fuera de la Comunitat Valenciana pasando de cerca de un 5% a casi un 10%”. Ella, que era la única representante institucional en una jornada atípica que había arrancado con el cambio de gobierno en el ayuntamiento de la ciudad, felicitaba a la organización y pedía comprensión por los “problemas de tráfico que se pudieran podido generar”.

Para los conductores los cortes de calles siempre son un inconveniente, pero no se puede obviar la relevancia social que ya tiene el atletismo popular en la ciudad. Los más de 10.000 valientes que, sin importar la lluvia, ni los truenos, ni el viento, se lanzaron a las calles, y batieron el récord de participación, así lo atestiguan. Sus rostros, sus gestos de sufrimiento y placer, las reacciones al cruzar la meta, los aplausos, los abrazos, las lágrimas, las fotos, los selfies... ponen de manifiesto lo duro que puede ser este deporte y las emociones que genera. Uno de los que lo sabe bien es Rafa Blanquer. No pudo estar con sus chicas del Terra i Mar en la reedición del campeonato de España, pero se mostraba “doblemente feliz por el éxito y el récord en la 15k nocturna y por haber conseguido el título nacional que nos permite volver a luchar por nuestro tercer Europeo consecutivo”.

La satisfacción asomaba también a los rostros de los dos vencedores. Uno, Jaouad Tougane, consiguió batir el récord, mientras que la otra, Marta Esteban, se quedaba cerca, pero ambos reconocían la “espectacularidad del recorrido” y también que la lluvia les dificultó lograr una marca mejor porque “el asfalto resbalaba e ibas perdiendo unos segundos por kilómetro”. A Tougane, además, se lo pudo ver luego por toda la zona de meta pidiendo algo con lo que abrigarse, pues iba en tirantes, sudado, y se estaba quedando literalmente helado. Al final, tras no poco rogar, le dejaron una manta de la Cruz Roja.

Mientras él y el resto de primeros clasificados se relajaba y comentaba la prueba, los “populares” no paraban de llegar. La gente, ya pasadas las doce de la noche, seguía aplaudiendo a los más rezagados que hacían los últimos esfuerzos visiblemente emocionados. El podio puso fin a esta edición de la 15k nocturna que dio para mucho y que augura un verano intenso para el pelotón atlético.