El presidente del Patronato de Turismo de Peñíscola, Rafael Suescun, anunció ayer durante la valoración de la participación de la localidad en Fitur que un nuevo operador ruso, Ascent Travel, estaría interesado en traer turistas a la localidad y operar desde el aeropuerto de Vilanova en la franja de Castelló y Valencia hasta Gandía, allí donde la planta hotelera lo permitiera. Seguiría así la estela de Natalie Tours en su interés por la costa valenciana y castellonense.

Por el momento el operador aterrizaría en Reus, aunque estaría interesado por los competitivos precios del aeródromo castellonense y por su operatividad para vuelos charter en establecer base en la provincia. Por otro lado, Suescun resaltó que "tienen ellos más prisa que nosotros por estar aquí, estamos realizando contactos para empezar a trabajar y todo el mundo está deseando que el aeropuerto abra para comenzar a trabajar, lo que nos llena de satisfacción y tranquilidad".

No obstante, el presidente del Patronato de Turismo de Peñíscola no ocultó su "preocupación" por el aeropuerto "que nos preocupa muchísimo por los tiempos que corren que siga cerrado" y lamentó que "desde el principio todo hayan sido pegas e intentos para que estrellase".

Los problemas económicos

Lo cierto es que la preocupación es generalizada en todo el ámbito político, turístico y social después de que se hiciera público la mala situación financiera que atraviesa el máximo accionista de Concesiones Aeroportuarias SL, Globalvía, formada por FCC y Caja Madrid, y que poseen en 45 por ciento del accionariado. Asimismo, debido a estos problemas económicos, la firma pidió a Aerocas (formada por la Diputación de Castelló y la Generalitat) el rescate público. Así, Aerocas y Globalvía prevén reunirse el próximo jueves día 3 de febrero en Castelló para abordar el asunto. Según confirmó el presidente de la Diputación, Carlos Fabra, Globalvía pide 400 millones en 50 años para hacer rentable el aeropuerto y continuar en la concesión, pero Aerocas sólo está dispuesta a pagar hasta 250 millones en el mismo periodo.

La disputa entre la sociedad pública del aeropuerto (Aerocas) y la gestora privada (Concesiones Aeroportuarias) tiene como raíz la delicada situación financiera de la última, acosada por los bancos que le prestan dinero e incapaz de cumplir sus compromisos con la UTE constructora.

Una situación derivada en parte de los impagos de la Generalitat. A pesar de que la constructora está al borde de la quiebra, el Consell no ve preocupante la situación.

Cabe recordar que los 110 millones de inversión del aeropuerto tienen tres fuentes. Por una parte, está el capital que aportan los socios de Concesiones Aeroportuarias (FCC, Caja Madrid, Lubasa, Abertis, Bancaja y PGP); por otro, el préstamo de Aerocas a la concesionaria de 46 millones de euros; y por último, el crédito de 34,2 millones de un sindicato de bancos a Concesiones. Según ha podido saber este diario, la concesionaria tiene graves problemas con los bancos que le prestan directamente capital. Exigen que se certifique el final de obra antes del 31 de marzo.