A lo largo de la historia, muchas han sido las tradiciones y dichos que se han ido sumando al saber popular sobre el mundo de las embarazadas. Muchas de ellas han sido intentos de explicar el proceso y se mantienen a pesar de los avances científicos porque, a pesar de no creerlas, muchas personas las respetan «por si acaso».

Vamos a ver de dónde provienen algunas de ellas y en qué se basan, partiendo de su principio de falsedad:

1.- La forma de la barriga determina el sexo del bebé. Se cree que el vientre más redondeado determina que se trata de una niña, mientras que el más puntiagudo y bajo es de los niños. Evidentemente esto no es cierto. La forma del vientre depende de la musculatura abdominal y la constitución de la madre, así como la posición del bebé.

2.- No es aconsejable bañarse cuando se está embarazada. Muchas embarazadas evitan los baños por posibles complicaciones al poder entrar en contacto el agua con el bebé. Esta afirmación no es cierta. Los médicos suelen aconsejar evitarlos en las últimas semanas de embarazo ante la posibilidad de haber eliminado el tapón mucoso, el cual tienen por finalidad proteger de gérmenes, hongos y bacterias. El bebé queda protegido por la bolsa amniótica a pesar de su pérdida.

3.- La embarazada tiene que comer por dos. Nada más lejos de la realidad. Siempre es aconsejable cuidar la alimentación, pero más si cabe si se está embarazada.

El peso se controla en todas las visitas médicas y se realizan pruebas para determinar si se requiere de algún complemento alimenticio o se deben limitar ciertos alimentos para evitar posibles complicaciones como la diabetes gestacional. Se requiere mayor ingesta de nutrientes, pero no doblarla.

4.- Los antojos no saciados provocan manchas en la piel del bebé. ¿A quién se le ocurrió este disparate? ¿A una embarazada caprichosa? Todos hemos tenido alguna vez caprichos alimentarios insatisfechos, incluso estando embarazadas y no ha pasado absolutamente nada. Parece más una necesidad romántica de explicar la existencia de esas manchitas.

5.- La magia asociada a las embarazadas. Capaces de otorgar suerte si se les toca la barriga y a la vez vulnerables a esos «males de ojo» por envidias y recelos que pueden haber a su alrededor (superstición que parecen heredar los bebés durante sus primeros meses de vida). Lo dicho, supersticiones sin fundamentación.

6.- Sentarse con las piernas cruzadas enreda el cordón umbilical. Es cierto que, sobre todo en embarazos avanzados, es molesto cruzarse de piernas, pero es de locos pensar en esa conexión de las extremidades con el cordón que une la placenta con el bebé.

Muchos son estos mitos asociados con las embarazadas. En otra publicación trataremos más.

Si conoces alguno diferente o te surgen dudas, compártelas y también las trataremos.