­La semana pasada, el comercial de la trama de Francisco Correa en Valencia, Álvaro Pérez, paró a repostar en una estación de servicio a medio camino entre Madrid y la capital del Turia, casi a la misma altura del Parador de Alcorcón, donde Mariano Rajoy y Francisco Camps, celebraban su reunión secreta para definir la estrategia ante el escándalo Gürtel. Pérez conducía un Range Rover Sport 3.6 cuyo precio nuevo ronda los 80.000 euros. El todo terreno, sin embargo, no figura a su nombre, sino al de Carmen Rodríguez Quijano, esposa de Francisco Correa. Quijano tiene registrados otro Range Rover TDV8 (101.500 euros), dos Jeep Wrangler de cerca de 30.000 euros cada uno y un americano Lincoln Town Car, cuyo precio mínimo está en 47.000 dólares. Todos fueron bloqueados por el magistrado Baltasar Garzón para impedir su posible venta. No son los únicos.

El sumario de la investigación refleja que los protagonistas de la trama tenían registrados a su nombre o las empresas investigadas (entre ellas Orange Market) un total de 19 coches, tres motocicletas y dos lujosas embarcaciones. Una de ellas es una Sunseeker Yatch de 82 pies de eslora cuyo valor en el mercado de segunda mano ronda los tres millones de euros. El yate de lujo, llamado Carmen XI, figura a nombre de Osiris Patrimonial, firma administrada por el ex vicepresidente de Repsol y presunto cerebro financiero de la trama, Ramón Blanco Balín. Correos electrónicos que figuran en las actas de inspección de la Agencia Tributaria reflejan que Francisco Correa negoció con la filial de ACM, Valencia Superyatch Marina, el alquiler de un amarre en la Marina Real de Valencia para atracar el Carmen XI durante la celebración en junio de la America´s Cup en 2007. Un correo remitido el 19 de junio por el número dos de Correa, Pablo Crespo, a la empresa de Blanco dice lo siguiente: «Carmen: Este es el contrato de atraque del barco de Osiris Patrimonial en Valencia a partir de mañana. A ver si lo puede firmar el señor Blanco y que efectúen el pago». Anteriormente Crespo había recibido el siguiente correo electrónico: «Estimado Pablo. Conforme a nuestra conversación ayer, te envío adjunto el nuevo contrato de de SY Carmen XI. Según lo acordado entre Paco Correa y Guillermo García Román, los días 20, 21 y 22, la embarcación Carmen XI tendrá un descuento del 35% del valor del amarre, y a partir del día 23 al 29 se le aplicará la tarifa de "día de regata"». García Román era el gerente de la filial de ACM que explotaba los amarres de la Marina.

En las conversaciones e investigaciones judiciales se pone de relieve que Correa también se interesaba por otra embarcación denominada Montecristo, que se encontraba en dique seco en Ceuta. En el sector náutico se afirma que Correa quería vender la Sunseeker y adquirir un Ferreti, cuyos precios rondan los siete millones de euros.

El sumario también refleja que la trama disponía de otra embarcación de menor tamaño llamada Parapipi, un Astondoa de 39 pies que empleaba Pablo Crespo y que estaba atracado en el puerto de Altea. Registrado a nombre de la sociedad Cresva SL, el modelo del Parapipi ya no se fabrica, pero su precio en el mercado de segunda mano puede alcanza los 250.000 euros, según modelos.

Álvaro Pèrez parecía preferir los todo terrenos y las motos. La Bombardier Can Am amarilla que mostraba a sus amigos está a nombre de Orange Market. Su precio ronda los 20.000 euros.