Un incendio provocado por una sobrecarga en la obsoleta red eléctrica de un edificio que data de los años 50. El desprendimiento de una cornisa ante una racha de sucesivos golpes del viento. Una tormenta que anega de forma sorpresiva un aula. Tres supuestos casos de emergencia que podrían tener lugar hoy en cualquier centro educativo público de la C. Valenciana. Tres posibles accidentes que podrían sumir en el caos un colegio o instituto ante la falta de un protocolo de actuación definido.

El 95% de los centros educativos de la C. Valenciana no dispone de un plan de emergencia o autoprotección actualizado. Las causas son varias. La primera es la indefinición reglamentaria de la Generalitat. Así lo denuncia Francisco Javier González Zurita -responsable de relaciones institucionales de FETE-UGT-. El portavoz sindical apuntó que la normativa base fue publicada el 31 de enero de 1995: "aprobaron un reglamento que obligaba a todos los centros a dotarse de planes de autoprotección, pero no pudieron desarrollarlo por falta de recursos, tanto humanos como monetarios". Desde entonces, la conselleria ha apostado por rebajar sus pretensiones, redactando diversas órdenes para regular la situación, que se han quedado en meros borradores. La norma base tiene 27 años de vigencia, pero no se aplica.

150 expertos en prevención

La segunda causa que fundamenta la inexistencia de protocolos de emergencia actualizados en los centros educativos es la falta de expertos que asesoren a los equipos directivos. Zurita estimó en 150 especialistas la plantilla que haría falta para una correcta prevención de riesgos laborales a nivel autonómico, "cuando Educación nunca ha contado con más de 50 trabajadores en este campo".

Y las previsiones no apuntan precisamente hacia un aumento de contratos. La Generalitat ha derogado el decreto que definía una plantilla de prevención que nunca tuvo y ahora quiere integrar el servicio propio de la conselleria de Educación en el Instituto Valenciano de Seguridad y Salud en el Trabajo (INVASSAT).

Miguel Ángel Vera, secretario de enseñanza de CC OO PV, recordó que "la mayoría de planes proceden de los años 90, cuando los centros trataron esta problemática por primera vez, ahora el problema se encuentra en un limbo jurídico, ya que la Generalitat aún no ha integrado el personal de Educación al Invassat y las direcciones territoriales de educación ya no son responsables de este tipo de funciones". Zurita, por su parte, rechazó la integración de servicios de prevención: "si antes había pocos recursos ahora habrán menos y en los más de 1.900 centros educativos públicos valencianos trabajan más de 55.000 docentes".

La falta de indefinición normativa y los escasos recursos humanos causan que la pelota se encuentre en el techo de los propios centros. En la página web de la conselleria de Educación puede consultarse una guía general de prácticas de emergencia y dos modelos redactados por dos centros en años anteriores -del IES Eduardo Merello del Puerto de Sagunto y el CEIP Les Foies de Gandía-. Con esta información, la voluntad del equipo de dirección y el claustro es el factor que define la existencia o actualización del plan de emergencias. La práctica más habitual es que la dirección delegue en un profesor con conocimientos de prevención de riesgos. La constante movilización de los docentes y las dificultades de asentar los claustros tampoco ayudan a la hora de mejorar las situación.

La tragedia de la canasta de Vilamarxant

La inexistencia de planes de emergencia actualizados en los centros educativos rememora episodios trágicos en colegios e institutos valencianos registrados durante los últimos años. El antecedente más claro es el accidente que segó la vida de un jóven en el IES de Vilamarxant el 23 de noviembre de 2010. Una canasta en malas condiciones cayó encima de un estudiante durante la lección de educación física, ocasionándole una profunda brecha de 15 centímetros en la cabeza y una gran pérdida de sangre. El jóven fue socorrido por unos compañeros con nociones sanitarias, pero nada pudieron hacer. Tras el suceso, la Generalitat revisó las instalaciones deportivas de institutos y colegios e incluso se llegó a postponer doce partidos. En clave temporal, el episodio más reciente es el incendio que causó un fallo en el cuadro eléctrico de la escuela de la Fundación Juan de Dios Montañés de Valencia. El suceso obligó a confinar a más de 130 alumnos en este colegio emplazado en el barrio de Ruzafa.