La imagen que se llevó la directora general de Alta Inspección, Isabel González, en su visita al hospital de Alzira «sin previo aviso» (tal como criticaron desde la empresa gestora) no fue precisamente la mejor. Según explicaron ayer sindicatos que conforman el comité de empresa y la junta de personal, que la acompañaron por varios servicios, uno en concreto no presentó su mejor cara: las Urgencias permanecían colapsadas con más de una veintena de pacientes esperando cama «desde hacía más de un día, cuatro personas en boxes de dos y camas en los pasillos».

Fuentes de Ribera Salud reconocieron que, efectivamente, las urgencias estaban desbordadas por un «repunte muy puntual» en la asistencia pero aseguraron que ya se habían tomado las «medidas necesarias» y, además, todos los pacientes «están perfectamente atendidos». Según estas fuentes, a cada paciente se le había asignado un internista «para ir realizándole pruebas como si estuvieran en planta» y se había reforzado «cada turno con un enfermero y un auxiliar extra». Para sindicatos como Simap la situación, sin embargo, no era puntual sino habitual. «El lunes había 24 esperando pero hoy (martes) son 36. Es la primera vez que un alto cargo venía sin ir teledirigido y ha visto lo que hay», explicó Pedro Durán, de Simap.