García Lorca falleció "en el mes de agosto de 1936 a consecuencia de heridas producidas por hecho de guerra". Es lo poco e inexacto que quedó en documentos oficiales sobre la muerte de Federico García Lorca, de la que se cumplen ahora 75 años. Granada conmemora hoy la efeméride con distintos actos, aunque del fusilamiento del poeta español más internacional se sabe aún tan poco que incluso hay vacilaciones sobre el día exacto (entre el 17 y el 19 de agosto de 1936) y la fosa común en la que fue enterrado continúa sin ser localizada. Lorca tenía entonces 38 años, dos meses y unos cuantos días.

El poeta, convertido en emblema de la II República -se resistió, no obstante, a afiliarse al Partido Comunista-, se refugió en su casa natal días antes de la sublevación militar contra el Gobierno. Granada quedó bajo dominio de los falangistas el 20 de julio de 1936 y Lorca, ante la dificultad de pasar a zona republicana, optó por buscar cobijo con la familia de Luis Rosales, cuyos hermanos eran conocidos miembros de Falange.

Permaneció en esa casa durante casi un mes, hasta que fue detenido, al parecer, el 16 de agosto en "una operación de envergadura" en la que participaron numerosos policías, cuenta el hispanista Ian Gibson, gran estudioso de la figura de Lorca.

El poeta fue acusado de "ser espía de los rusos, estar en contacto con éstos por radio, haber sido secretario de Fernando de los Ríos y ser homosexual", agrega el experto en su biografía del personaje.

Se sabe que pasó por el Gobierno Civil de Granada, que fue llevado después a una cárcel improvisada en Víznar con otros detenidos y que, de madrugada, fue fusilado en un lugar indeterminado entre el citado pueblo y el de Alfacar.

El autor de Poeta en Nueva York, que era ya un símbolo de la II República, se convertiría a partir de entonces en un mito para la España que perdió la guerra.

Aunque los factores ideológicos estuvieron muy presentes en la captura y muerte del poeta y dramaturgo, en los últimos años se ha profundizado en las razones de resentimiento y odio personal hacia él y su familia por parte de sus captores.

"Lo sabe todo el mundo, es decir, en esta ocasión el mundo entero: Federico García Lorca fue una criatura extraordinaria". Así describía Jorge Guillén al poeta de Granada.

Poetas consagrados y jóvenes coinciden en la magnitud de su figura , al que algunos consideran no como "un escritor contemporáneo sino como un poeta descolgado del tiempo, un clásico", como dice el granadino Luis Muñoz.

Desde Francisco Brines, Antonio Colinas, Javier Lostalé, Ignacio Elguero, Luis Muñoz, hasta los más jóvenes, como Carlos Pardo o Elena Medel resaltan su obra "extraordinaria y experimental", y su influencia, que algunos ven como un "padecimiento".

A Brines (Oliva, Valencia, 1932), de la generación de los 50, la obra de Lorca que más le ha conmocionado es el Llanto por Ignacio Sánchez Mejías. "La mejor elegía en castellano, junto con la de Jorge Manrique", apunta Brines.

"Hay poetas cuya capacidad expresiva es tan grande, que su influencia es peligrosa, porque tiñen las aguas de su color. Hay otros grandísimos, como Juan Ramón o Machado, que son mejores como influencia, pero en el caso de Lorca, como domina tanto su expresión singularísima, es peligroso como maestro, cosa que también ocurre con Góngora", añade.

Colinas comparte esta idea. "Lorca nos marcó a todos, y su muerte fue un hecho de lo más terrible. Tiene un lenguaje muy libre y muy rico".

Javier Lostalé (Madrid, 1942) reconoce que Lorca le ha producido "el deslumbramiento de lo genial". "Hay momentos de esa genialidad que no he encontrado en otro poeta".

La sombra de Lorca es muy alargada para Luis Muñoz (Granada, 1966). "Lo leí con diez u once años y me cambió la percepción de la realidad", explica.

Para Carlos Pardo (Madrid, 1975), Lorca es fundamental. "Es inimitable. Lleva al límite las imágenes y es un poeta de vanguardia. Su leyenda me parece fundamental para los jóvenes", sostiene.

Elena Medel (Córdoba, 1985) llega más lejos y dice que escribe poemas porque leyó a Lorca, y sobre todo Poeta en Nueva York.

El interminable misterio de la fosa

El investigador Miguel Caballero anunció hace unos días que aportará nuevos datos sobre la posible ubicación de la fosa del poeta.

En el libro "Las trece últimas horas en la vida de García Lorca", presentado en junio, el historiador plantea una ubicación diferente, aunque próxima, al paraje de Alfacar donde en 2009 se excavó durante dos meses a petición de familiares de dos fusilados y enterrados supuestamente junto al poeta.

Caballero considera que Lorca fue ejecutado en una finca particular denominada Peñón Colorado, frente a un cortijo llamado Los llanos de Corvera, en el entorno conocido como El Caracolar.

Este investigador, que entiende que en su día se excavó "en el sitio equivocado", asegura que cuenta con nuevas pruebas y que estarían avaladas por arqueólogos.

La excavación en Alfacar donde Gibson y otros situaban los restos de Lorca culminó en 2009 sin ningún resto humano y con evidencias de que nunca hubo enterramientos. No obstante, el interés continúa, pese a que la familia ha mostrado su oposición. a buscar. efe granada