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Denuncia

El sector de la danza clama por su supervivencia y denuncia precariedad

Un estudio sociológico sobre los profesionales valencianos revela ausencia de oportunidades y malas condiciones laborales

El sector de la danza clama por su supervivencia y denuncia precariedad

De todas las Artes Escénicas, sin duda, la danza es una de las disciplinas que peor momento atraviesa. No sólo por cuestiones de precariedad laboral sino, sobre todo, por la falta de expectativas y oportunidades. Así lo revela el estudio El sector de la danza en la Comunitat Valenciana que ofrece una panorámica del momento del colectivo y ofrece en sus conclusiones alternativas para intentar remontar una situación realmente comprometida y con perspectivas poco alentadoras.

Realizado por la Asociación de Profesionales de la Danza, la socióloga y bailarina, Carolina Ponce, y dirigido por Albert Moncusí i Ferré, Director del Master Oficial Interuniversitari de Gestió Cultural de la Universitat de València, el estudio revela que la C. Valencia es la sexta autonomía en número de compañías, fundamentalmente formadas por mujeres.

Sin embargo, nuestra autonomía es la que más centros de enseñanza reglada tiene aunque es la segunda en cuanto a docentes y estudiantes. Pese a ello, la principal dedicación de los profesionales es a los espectáculos (34,6%), la enseñanza no reglada (23,7%) seguida de la enseñanza reglada (22,4%). Aún así, las condiciones laborales y las oportunidades son más que cuestionables porque, según consideran y es constatable, «el empleo es escaso, mal pagado, sometido a una constante temporalidad y realizado frecuentemente sin contrato laboral».

Pero lo más preocupante es que, pese a la existencia de un importante número de profesionales, tanto las funciones como la asistencia de público y la recaudación entre 2007 y 2013 se ha reducido notablemente, como así anotan los datos de la SGAE. La C. Valencia es la séptima en número de funciones, la sexta en espectadores y la quinta en recaudación.

¿Dónde se esconde la raíz del problema? Para los profesionales el gasto público en artes escénicas es menor al que se realiza en otros sectores culturales y desde 2008, las partidas de la Generalitat para ayudas y subvenciones han descendido, aunque nunca han superado el 16,5%. Más preocupante es la inversión del ayuntamiento de Valencia que llega a niveles muy rácanos. Faltan campañas de difusión y promoción y las ayudas no sirven, según estos, para proyectos profesionales ni para abrir hueco en las programaciones institucionales.

«Los profesionales censuran la política cultural autonómica como un conjunto de actuaciones en las que se ha cuidado más la forma que los contenidos» y se «han derrochado recursos para infraestructuras y eventos puntuales escatimando esfuerzos para la producción, distribución y exhibición de espectáculos», afirma el documento.

El colectivo también pone en evidencia el festival Dansa València ya que «ha dejado de ser punto de encuentro de creativos y programadores para convertirse en un evento puntual».

Asimismo, creen que las decisiones políticas se han tomado desde una «nula visión estratégica, sin criterios técnicos y sin un consenso con los profesionales», algo que ha hecho mella en la toma de decisiones justas y vinculantes .

Mientras tanto, el aumento del IVA cultural ha sido un auténtico estigma, más aún para el sector de la danza cuyo protagonismo en la oferta pública es exiguo y con escasa regularidad.

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