Los espectáculos de variedades y las orquestas resisten el embate de la crisis en la Comunitat Valenciana, a pesar del recorte presupuestario que han sufrido multitud de comisiones de fiestas y ayuntamientos. La mayoría de los artistas que deciden subirse al escenario durante las vacaciones de estío han tenido que rebajar su caché con tal de trabajar, y las expectativas futuras no son esperanzadoras. La Casa del Artista de Valencia es una de las entidades que está centrando sus esfuerzos en relanzar este genuino género, que se divide a su vez en cantantes melódicos, vedettes, humoristas y magos.

Los melódicos y la canción

española. Entre los cantantes melódicos se ha llevado la palma el incombustible Emilio Solo, que ha arrasado a su paso por los pueblos y en la capital, como el progresivo Ramón Rosa, que ha trabajado mucho y bien. También el valenciano ganador de una edición de Operación Triunfo (OT), Vicente Seguí, ha tenido diversas actuaciones, al igual que Sergio Lázaro, el juvenil Edu Sánchez y el todoterreno Carles Chova. En la canción española, Luis Escudero fue uno de los de mayor actividad, y con él Antonio Romero, «Romerito», y el dúo «Los Olé», con Joaquín y Salva, y el veterano Pepe Triana.

«Vedettes» y humoristas. Las vedettes van a menos. Las hay, pero no como en otras épocas. Aún así, Sonia Armela trabajó muchísimo, al igual que Tania Celaya, Lola Viar, la madrileña María Volkán, la incógnita Sandra Bruman y muy en especial Alicia Casany, una actriz cómica de los mejores tiempos del music hall valenciano, que ha revertido en una vedette humorística fuera de lo común. Los humoristas estuvieron de moda, y Paco Calonge fue todo un referente. Carlos Berrocal, Blay, José Luis Martínez Cañas y ese excelente humor que prodiga el inigualable Carlos Luna han completado la oferta humorística, en la que Óscar Tramoyeres o Rafa Alarcón han puesto sus monólogos rurales.

Magos y grandes musicales. Hubo profusión de magos, con un muy especial Yunke a la cabeza. El castellonense hace maravillas y el público se le entrega. También James Garibo es un gran ilusionista, y Queco Coperfil, un gran showman de la magia. Magic Show es impresionante y los demás, que son legión, buenos aprendices aventajados que tal vez lleguen a triunfar.

Cada vez proliferan más los grandes musicales, espectáculos de gran alcance y alto presupuesto que suponen una delicia audiovisual. A la cabeza, los titulados The Show, Feeling, Paris, Hollywood, Pekados, La vuelta al mundo en 80 minutos y Dancing Las Vegas

Orquestas-espectáculo. Estos musicales, junto a las grandes orquestas-espectáculo, son los grandes problemas para el género de variedades. Están ocupando lugares que antes eran privativos del espectáculo tradicional y reduciendo notablemente sus actuaciones. Las gentes acuden en masa a ver atracciones de gran nivel y espectacularidad, como la gandiense Orquesta Montecarlo, todo un referente de animación y masas humanas en las fiestas de los pueblos, y la que más ha trabajado, con Eduard Forés a la cabeza. La orquesta La Tribu le pisa los talones, liderada por la cantante valenciana de OT, Sandra Polop. Otras actuantes del verano llegaron importadas, como los eternos Hermanos Calatrava, Rosario Mohedano y su madre, Rosa Benito, o grupos musicales como La Unión, Celtas Cortos y Maldita Nerea, así como unas decepcionantes Azúcar Moreno.