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Entrevista

Blanca Pons Sorolla: "Mucha gente que visita València quiere seguir los pasos de Sorolla"

«Hay museos en València con poca vida, así que una inyección de obra de Sorolla puede suponer un reclamo mayor de cara al público»

Blanca Pons Sorolla: "Mucha gente que visita València quiere seguir los pasos de Sorolla"

P La exposición que la Fundación Bancaja

R Sí, la exposición es preciosa. Y en València [la muestra ya estuvo en Sevilla] ha aumentado con una pequeña representación de lo que Sorolla pintó de jardines valencianos. Esto ha sido por especial deseo de la Fundación Bancaja, que quería una vinculación con València. El Sorolla de esta exposición es muy fino, de último momento, que se entusiasma con los jardines que había visto en 1908 por primera vez en Sevilla, y luego en Granada. Son obras sutilísimas y delicadísimas. Aunque no sean la playa de València (ríe).

P Esa incorporación valenciana, estando en la tierra del pintor, parece casi imprescindible...

R Son obras que están muy bien porque Sorolla tiene alma de jardinero, le encanta la flor. Es algo importantísimo; la flor tiene color y alegría y en su tierra, València, el culto a las flores es enorme. Esos primeros jardines que plasma están llenos en flor, son los jardines de los huertos, de las casas y patios del Cabanyal. Estas obras vienen bien para entender cómo Sorolla incorpora en su obra el amor a la naturaleza.

P ¿Hasta qué punto ha participado usted en el proceso de preparar la exposición?

R Las comisarias consultan conmigo porque yo les puedo decir la obra que hay, no solo en el museo, sino en cualquier sitio. Aunque me piden que participe más, mi trabajo es el catálogo razonado. En cuanto a las obras de València, se me consultó qué jardines valencianos había para que yo hiciera esa primera toma de contacto con los propietarios. Siempre que se me pide colaboro, documentando.

P ¿Cómo lleva el catálogo de la obra de su bisabuelo?

R Estamos trabajando para que el primer tomo vea la luz en la primavera de 2019. El primer tomo, como hay un corpus más que justificado, se va a hacer con la catalogación razonada y cronológica de toda la obra del Museo Sorolla, unas 1.300 obras. Esas ya no se incluirán en los tomos siguientes, que serán temáticos.

P ¿De cuántas obras en total estamos hablando?

R De más de 4.000. Y solo hablamos de cuadros; color y no lápiz. La mayoría son óleos y en menos medida hay acuarelas y gouache. Calculo que toda la obra tendrá unos cuatro tomos.

P ¿Cuánto tiempo lleva dedicada al catálogo?

R Casi toda mi vida, pero más intensamente desde los años 80.

P ¿Sabe el paradero de todas las obras de Joaquín Sorolla?

R Sé de muchas, pero hay obras que tengo ilocalizadas. Este verano, en Estados Unidos, me enteré que había una obra que no tenía la menor idea de dónde estaba. A la gente le interesa la confidencialidad y eso hay que respetarlo porque es una base importante para acceder las obras.

P Los expertos apuntan a que en València hay unas 150 obras de Sorolla. ¿Las tiene localizadas?

R Cuando dicen esa cantidad es porque será así. Sí, las tengo localizadas.

P Cada vez que Sorolla viene de visita a València, siempre en exposiciones temporales, es sinónimo de éxito de asistencia.

R Es maravilloso. Agradezco infinitamente a los valencianos su incondicionalidad a Sorolla. Tuvo éxito siempre en vida y tras su muerte. En su tierra -no solo València, sino también en toda España-, a pesar de las épocas en la que ha sido menos reconocido, el cariño del público nunca ha descendido. Las exposiciones de Sorolla han estado siempre llenas. Eso me emociona.

P Parece que la sala Sorolla se va a diluir en el plan museográfico del Museo de Bellas Artes de València...

R La sala como tal desaparece. Se vuelve a los planteamientos antiguos de incluir Sorolla en el discurso del museo. Lo he dicho en muchas ocasiones, a mí me parece un error porque Sorolla es un magnífico reclamo para que la gente vaya a conocer un museo excepcional. El planteamiento de la sala Sorolla se puede hacer mejor o de distintas maneras, pero ha llevado mucha visitas al museo. El Bellas Artes es museo excepcional -no solo por Sorolla- que conocen poco los valencianos. Es un museazo.

P ¿Echa de menos una presencia más permanente de la obra de Sorolla en València?

R Yo creo que es más necesario por el valenciano. También es verdad que mucha gente va a València para seguir los pasos de Sorolla y no me extraña porque se van a quedar obnubilados mirando su mar. La gente echa de menos dónde ver su obra. Aunque también es cierto que la obra que hay en València no cubre bien todos los aspectos de Sorolla. Como dice Tomás Llorens, no los cubre con toda la calidad para que una obra esté expuesta. Una cosa es lo que uno utiliza en una exposición como tema de estudio y otra, lo que se presenta como un museo, obra o sala importante de un artista. Esto es insuficiente, aunque sean 150 obras. También hay prestadores que pueden prestar obras para que la gente las disfrute. Aunque hay que saber qué préstamos se deben coger. Hay museos en València con poca vida, así que una inyección de obra de Sorolla puede suponer un reclamo mayor al público. Para mí, San Pio V sería el museo por excelencia.

P ¿Sería el momento de poner en marcha un Museo Sorolla en la ciudad?

R No entro en la política cultural y solo colaboro cuando se me pide. No soy quién para decir lo que debería ser o debería dejar de ser. Yo no tengo en mi mano asuntos para emitir un juicio de esa categoría.

P ¿Cómo podría colaborar la Casa Museo Sorolla en completar el discurso en un hipotético museo Sorolla en València?

R Siempre lo he dicho, desde que se planteó por primera vez. La Casa Museo es un legado que hizo mi bisabuela. Nosotros no somos herederos. El heredero es el Estado español y la Fundación. La donación se hizo con unas condiciones testamentarias que hay que cumplir y es que las obras no pueden salir de forma permanente. Pero cuando hay unos espacios creados, temporalmente se pueden hacer exposiciones. Eso dependería de la dirección del museo en cada momento. La Casa Museo, que tiene una colección excepcional e importantísima, también presta para exposiciones itinerantes no solo de Sorolla. Todo eso es muy delicado y las obras no pueden estar en un baile continuo. A veces las movemos de más solo cuando el tema está más que justificado. Hay exposiciones a las que uno no se puede negar.

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