La falta de rentabilidad en las explotaciones citrícolas de la Comunitat Valenciana aumenta el abandono de tierras dedicadas a este cultivo campaña tras campaña. Según la encuesta sobre superficies y rendimientos (Esryce), elaborada por el Ministerio de Agricultura, durante 2015 se ha producido el abandono de 3.136 hectáreas de agrios (sobre todo naranjas y mandarinas), lo que supone un descenso del 2 % respecto al año anterior, un recorte que contrasta con el repunte del 2,2 % registrada en Andalucía. Además, el campo valenciano ha sufrido una merma de 2.386 hectáreas de viñedo.

El citado informe también confirma el auge que viene experimentando en la Comunitat Valenciana el cultivo del caqui, cuyo crecimiento se ha materializado en 2.796 nuevas hectáreas, lo que representa un incremento del 23,57% en relación al ejercicio precedente. Es precisamente esa subida tan notable la que viene a compensar en parte la caída global del 0,22% en la que finalmente se ha situado en 2015 la pérdida de suelo dedicado a la agricultura en la Comunitat Valenciana. Otros cultivos al alza, aunque de manera mucho menos significativa en términos de superficie, son el granado y el aguacate.

«Esto es un suma y sigue hacia el desastre „lamenta el presidente de AVA-Asaja, Cristóbal Aguado„ y esa ligera recuperación de la superficie abandonada que tuvimos el año pasado del 2,11% fue un mero espejismo motivado, entre otras causas, por la apuesta que están haciendo muchos agricultores por el caqui, pero la constatación de las cifras de los datos es tozuda y no miente: la falta de rentabilidad que sufren nuestros principales cultivos está forzando a los productores a arrojar la toalla». La tierra de cultivo abandonada en la Comunitat Valenciana suma ya más de 164.000 hectáreas y «eso es un disparate y una barbaridad que no podemos tolerar», afirma Aguado.