El autismo se caracteriza, entre otras cosas, por una hipersensibilidad auditiva que les hace vulnerables a los ruidos fuertes, como el ruido de los petardos. Dada la proximidad de las Fallas, una fiesta en la que la pirotecnia tiene un papel tradicional, desde la Unidad de Neurorrehabilitación Infantil del Hospital de Manises han llevado a cabo una serie de actividades de sensibilización para que los pequeños pierdan el miedo que les genera el ruido de petardos.

"No se trata solo de la pirotecnia. El bullicio de la gente o el ruido de las bandas de música en Fallas también dañan negativamente la realidad de estos niños. Nuestro objetivo con esta iniciativa es habituarlos al ruido de la fiesta mediante juegos y talleres, para que poco a poco se acostumbren a los sonidos fuertes y puedan disfrutar ellos también, junto a sus familias" explica coordinadora de la Unidad de Neurorrehabilitacion Infantil del Hospital de Manises, Virginia Pérez.

Los niños autistas y con trastornos del desarrollo necesitan una rutina diaria. Las fiestas falleras rompen con sus hábitos, lo que junto al fuerte ruido de la pirotecnia que inunda las calles los días de fallas les genera situaciones de estrés y ansiedad, llegando incluso a no querer salir de casa. "Queremos conseguir que dejen de percibir los estruendos de los petardos como una amenaza, para que puedan divertirse junto a otros niños", señala Pérez.

Entre las actividades y talleres que se van a realizar las semanas previas a Fallas, está previsto visualizar mascletàs, para explicarles en qué consisten y porqué se hacen, a la vez que los acostumbran al ruido de los petardos, realizar sesiones terapéuticas para reeducar su sentido auditivo y enseñarles a reaccionar, o sesiones en grupo y bajo supervisión donde jueguen con "bombetas" o petardos de muy baja intensidad, y demuestren que han superado su miedo.

La Unidad de Neurorrehabilitación Infantil del Hospital de Manises es pionera en la red de asistencia pública valenciana. En 2017 cumplió cinco años ofreciendo un servicio de calidad a niños con TEA y Daño Cerebral, gracias a un equipo multidisciplinar formado por psicólogos, terapeutas y médicos. Hasta la fecha, alrededor de 400 niños se han beneficiado de los tratamientos proporcionados desde el centro sanitario.