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Cuando Mike Nichols dirigió a Anne Brancoft y Dustin Hoffman en El Graduado no podría imaginar que un mismo apellido iba a dar tanto de sí. Su argumento, con mujer madura que seduce a jovencito casi adolescente, traspasa la gran pantalla, viaja hasta la política de Irlanda de Norte y el escándalo está servido.

El sábado saltaba a la palestra que Iris Robinson, de 60 años y esposa del ministro principal norirlandés, Peter Robinson, le había sido infiel con un joven de 19 años, Kirk McCambley, al que la adúltera habría favorecido con unos fondos para abrir una cafetería, chanchullo que le ha costado su sillón en el Parlamento de Wensmister y la Asamblea de Irlanda del Norte.

Pero no contenta sólo con su joven desahogo, Mrs. Robinson parece que no dudó en caer en la tentación hasta dos veces más. La primera de ellas con el padre del propio Kirk, fallecido en 2008, y después con un compañero de partido. En el caso de William McCambley, padre de Kirk, la propia Iris Robinson lo calificó en ciertas ocasiones como un amigo suyo -pero no de su marido-, al que prometió poco antes de su muerte que cuidaría de su hijo. Su segundo affaire, con un compañero del Partido Democrático Unionista (DUP), sí trascendió tras ser pillados in fraganti por dos guardas que custodiaban el domicilio familiar.

Mientras, el joven Kirk McCambley no sale inmune de tanto escándalo. Iris Robinson, que tanto había criticado la homosexualidad -llegó a decir que era algo "abominable" y "repulsivo"- ve ahora como la comunidad gay del Ulster eleva a su amante casi imberbe a ídolo de masas homosexual.

El promotor de llevar a McCambly hasta los altares gays ha sido el director de la revista homosexual Attitudde, Matthew Todd, que ha pedido al chico un posado para sus páginas, aunque, de momento, Kirk no se ha pronunciado.