Muchos „entre ellos un buen puñado de granotes„ hace semanas que dan por muerto al Llevant. Sin embargo, sigue más vivo que nunca en la enconada disputa por la permanencia, en la cual podría obtener una posición privilegiada, si gana hoy. Esto es así gracias a las decisivas victorias en Orriols, desde la jornada 19, ante Rayo, Las Palmas, Getafe y Valencia, con las que se sumaron 12 puntos durante un tramo muy complejo de la competición. Y a pesar del nefasto rendimiento ofrecido a domicilio, donde solo se han conseguido 6 puntos en toda la liga, 3 de ellos, por cierto, en el Molinón (0-3). El triunfo de hoy, además, sumaría 4 puntos, por el «goal average» particular. Y un subidón anímico, pues, al contrario que el resto de rivales, el calendario para el Llevant es asequible desde ahora, que no fácil, ni mucho menos.
El primer escollo son los guajes de Abelardo, que han llegado a Primera con una receta similar a la del Llevant 2009-10 „humildad y constancia„ y una gran base de futbolistas de la casa, y que van a aferrarse a la categoría con el cuchillo entre los dientes. Hoy es una final (la enésima) para el Llevant, pero no lo es menos para los astures. El levantinismo está conjurado, porque en Orriols no se puede escapar esta victoria con la que se abandonaría el farolillo rojo, y el equipo se quedaría a un punto del Getafe, dos del Granada y 4 del Rayo. Sería el principio del fin, al fin; la luz al final del túnel; comenzaría una competición nueva, entre cinco clubs, por dos plazas de salvación. Y observen las próximas 4 jornadas de los implicados. Sporting: Celta y Sevilla, en el Molinón; Las Palmas y Barça, fuera; Rayo: Athletic, y Málaga, fuera; Villarreal y Madrid, en Vallecas; Getafe: Villarreal y Real Sociedad a domicilio; Madrid y Valencia, en el coliseum; y Granada: Málaga y Llevant en Los Cármenes (otro partido decisivo); Atlético y Celta, fuera. Los granota, por su parte, viajan a Andalucía: Betis y Granada; y reciben a Espanyol y Athletic. Si consiguieran 9 puntos, la salvación estaría en el bolsillo, pues es probable que Sporting, Rayo y Getafe no sumen más de 3. Y Granada, así así.
De nada servirá ni lo conseguido ni toda esta especulación si el Llevant falla de nuevo, como en Riazor, Anoeta, Eibar, Vigo Rubi ha mejorado sustancialmente las prestaciones del equipo en el Ciutat. No es menos cierto que cuenta con un equipazo y que éste sigue siendo un desastre a domicilio, algo que debe cambiar de inmediato, porque ya no queda margen para más errores. El míster lleva meses tropezando con la misma piedra, incapaz de reaccionar. La fragilidad atrás es consecuencia de la escasa disposición de Morales-Verza-Verdú para arromangarse en el trabajo defensivo, especialmente en las segundas partes, cuando al oriolano y al «barceloní» apenas les queda fuelle (harina de otro costal es algo tan incomprensible como que el mejor mediocentro de este equipo, Camarasa, siga en el banco). El planteamiento de Rubi es, más que valiente o arriesgado, imprudente, y no parchea la situación cuando es meridiano, cada segunda parte, que el Llevant ha perdido la medular y que se avecina la derrota. Así sucedió en Riazor, sin ir más lejos, con los cambios en el 76´, 80´ y 86´. En casa es distinto: con el aliento de la grada, estas carencias son menos perceptibles.
El factor Orriols volverá a ser hoy decisivo, aunque Manolo Preciado, desde donde quiera que vea el partido, no sabrá si inclinarse por uno u otro equipo, consciente de que quien pierda, tiene pie y medio en Segunda. Es un duelo casi fratricida entre dos clubs que se sienten hermanos, unidos en la tragedia desde el óbito del cántabro.
