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El tren de la elite

El tren de la elite

Detesto el lenguaje hiperbólico que rodea al mundo del fútbol. Todo es enorme, histórico y sin precedentes, cuando, en realidad, el uso y abuso de estas expresiones dejan en evidencia la falta de perspectiva de quien las usa y su desmemoria. Así, cuando algo es importante, realmente importante, uno no sabe ya qué hacer para dar a la situación el relieve que merece.

El partido de hoy es determinante para el futuro granota. Una victoria tendría un doble efecto: dejaría al Deportivo a ocho puntos y a Las Palmas, a diez. Y emocionalmente hundiría a los canarios y, prácticamente, a los gallegos.

Un empate representaría desperdiciar esta oportunidad. Una derrota dejaría a Las Palmas a 4 puntos, con la moral por las nubes, y al Llevant obligado a sumar tres victorias -tal vez cuatro­- en los siete partidos finales: visitas a Metropolitano, San Mamés, Butarque y Balaídos; y Málaga, Sevilla y Barça en Orriols. A este difícil reto se sumarían los nervios de poder llegar, sin la salvación matemática en el bolsillo, a los dos últimos encuentros (Barça y Celta).

Sí. El de hoy es, sin duda, un partido decisivo.

La victoria permite, virtualmente, salvar una campaña horrible gracias a la irrupción de López. El partido es tan crucial como aquel que acabó con triunfo ante el Hércules (2-1) en 2010-11, con goles de Rubén y Juanlu, y el de Trezeguet en el 82' para los blanquiazules, que metió el miedo en el cuerpo a toda la parroquia blaugrana. Aquel curso será siempre recordado por el ataque de testosterona de Sergio Ballesteros en Mestalla, tras el 0-0 final que sentenciaba la salvación granota, pero el partido clave fue la victoria ante los alicantinos: dejó fuera de combate a un rival directo y separó a los granota nueve puntos del descenso, con un calendario muy complicado por delante, como ahora.

Hoy Paco López puede consagrarse como el héroe que dejó al Llevant en Primera, y sus futbolistas, recuperar el crédito. Hoy es una matinal para alejar los fantasmas de un descenso que podría ser dramático para el club. Es un día para darse un festín en Orriols y consagrar al Llevant en la elite. Uno de esos días en que se cimientan las grandes gestas. Hoy sí que están permitidas las hipérboles. Que no se escape el tren de la elite.

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