Don Eladio España Navarro falleció en 1972, fue varias veces rector del Colegio del Patriarca de Valencia, confesó a media ciudad y no era hombre de carcajada, pero sí, como toda la gente santa, tenía gran sentido del humor.

De estos colegios han salido, sí, muchos obispos, algún cardenal y grandes párrocos, pero santos… Se lo decía a un colegial de otra institución benemérita, el Colegio Santo Tomás de Villanueva. Era una manera socarrona de animar a luchar por ser mejor a su contertulio. Sabía que, para empezar, los dos fundadores de esos colegios estaban en los altares; que muchos otros colegiales estaban no en los altares, sino en el cielo, que es la santidad que más importa; quizá no recordaba que ya se había abierto el proceso de canonización del «tomasino» don José Bau y, desde luego, ni sospechaba que, al poco de morir él, se iniciaría su propio proceso.

Todos los años, la Facultad de Teología de Valencia y la Biblioteca Sacerdotal Almudí organizan unas jornadas de diálogos teológicos: ésta es su duodécima edición, diseñada a la medida para este año que la Iglesia, por deseo de Benedicto XVI, dedica al sacerdocio. Días atrás, mientras preparaba este evento, me acordaba del humor de los santos, de su alegría, esa que, según su Maestro, «el mundo no puede dar».

El gozo sereno de un don José María García Lahiguera, arzobispo de Valencia hasta 1978, que contagiaba paz; la profunda alegría del párroco de Masarrojos, fallecido en 1932, que había que descubrir después de atravesar una capa de aparente hosquedad…

Durante los años en los que lo traté, yo he sonreído y reído de manera imparable con el garbo humano de San Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei: saberse hijo de Dios; saberse en sus manos tiernas y poderosas; amar con pasión las cosas creadas, empezando por las personas, y admirar también todas las cosas buenas que son capaces de hacer los hombres…; todo esto llenaba su alma de un gozo misteriosamente compatible con los dolores grandes que el Señor suele también permitir que se ceben en la existencia de los santos.

De la obra de esos cuatro sacerdotes que pasaron por nuestras vidas —San Josemaría Escrivá, José María García Lahiguera, Eladio España y José Bau— tratarán las sesiones de Diálogos de Teología que comienzan hoy a la una de la tarde en el magnífico salón de Alfons el Magnànim que la diputación tiene en la calle Coronas, junto al Ivam, la antigua Beneficencia. El obispo mons. Javier Echevarría, prelado del Opus Dei, dará una conferencia a los sacerdotes sobre el primero de estos cuatro personajes que ya se venera en los altares, San José María Escrivá. En ulteriores sesiones —22 de febrero, 27 de abril— el cardenal Cañizares, mons. Enrique Benavent y don Antonio Ballester nos ayudarán a estudiar la vida y el impacto de los otros tres siervos de Dios.