Este año el aniversario del accidente del metro cae en un domingo, un día de la semana que no reflejaría lo que ese 3 de Julio de hace 5 años ocurrió en un día laboral y entre semana. Un día caluroso de julio donde alrededor de las 13:00 h. la ciudad, el país, el mundo se conmocionó con el hasta ahora uno de los mayores accidentes de metro ocurridos hasta la fecha. Sirenas, ambulancias, bomberos, policía… llenaron acústicamente nuestro barrio Patraix y el de Jesús. Después llegó el silencio y el paso de coches negros, oficiales o fúnebres, que indicaban que algo muy gordo había pasado. Nos preguntaban, nos llamaban por teléfono preguntando si conocíamos algún afectado por ese terrible accidente, que no distinguió a las personas ni por edad, sexo, procedencia, tendencia política, sólo les unía ir en una línea de transporte público sin las medidas de seguridad que hubieran evitado 43 muertos y 47 heridos.

Este 3 de julio, donde al ser domingo muchos ciudadanos/as estarán iniciando sus vacaciones o estarán en la playa o el campo, no debemos olvidar este aniversario, porque cualquiera de nosotros o nuestras familias podrían estar ahora recordado la ausencia de ese ser querido que vivió sus últimos momentos en un vagón cargado de ilusiones y esperanzas y que un 3 de Julio llenó de dolor, rabia e impotencia la vida de muchísimas familias. Este domingo muchos no os olvidaremos, estaremos con vosotros/as lo que supongo que otros como no les pasó nada ni se acordarán. Tampoco confío en los que estén junto a vosotros/as en los actos que habéis organizado para recordar a vuestros seres queridos, los que durante 5 años os han abandonado, ninguneado y ni siquiera os recibieron en la casa de todos los valencianos/as: la Generalitat Valenciana.

Pero al igual que no han venido ni les esperamos, en vuestro dolor algunos seguiremos a vuestro lado para que sintáis que en vuestra memoria y en la memoria de muchos ciudadanos/as no han desparecido vuestros familiares, porque la verdadera muerte es el olvido.