El malestar de 40.000 familias ha hecho que el ministro Wert rectifique y deje las becas Erasmus como estaban, al menos este año. Su pecado ha sido cambiar las reglas del juego cuando ya había empezado el curso, con los estudiantes repartidos por Europa, pero conviene recordar que todos los que se acogen al programa reciben las ayudas, sea cual sea su capacidad económica, y el ministerio quería corregir esa cuestión. Tiene el derecho y la obligación de hacerlo. Debe concentrar las subvenciones pagadas con el dinero de todos en quienes más las necesitan, alcanzando la cuantía suficiente. Ahora, nadie se va de Erasmus sólo con las becas oficiales. El Estado da 110 euros al mes este curso y con eso no hay ni para pipas. Las familias corren con el 90 % del gasto y el año que viene será más. Wert volverá en primavera.