Llevamos varios días de inestabilidad atmosférica en la vertiente mediterránea, pero los barómetros no han bajado. En Cataluña, la Comunitat Valenciana, Baleares y el resto de la zona la presión atmosférica oscilaba en estas últimas jornadas entre los 1.025 y los 1.030 milibares, valores dignos de un sólido anticiclón. Justamente, porque ésta es una de esas situaciones contradictorias en las que se rompe la máxima de que altas presiones son sinónimo de buen tiempo y bajas presiones de lluvia o nieve. No siempre ocurre así. En este caso, las precipitaciones de esta semana en la España oriental han sido favorecidas por el anticiclón (altas presiones) situado al norte de la Península, sobre el continente europeo, que al mover las masas de aire en el sentido de las agujas del reloj ha empujado vientos de levante cargados de humedad hasta nuestras costas. Eso y la presencia de aire frío en altura han favorecido las lluvias sin necesidad de borrascas.