Seguro que mucha gente estará saturada de mensajes políticos, harta de ver la romería de personajes de un plató a otro, hasta la próstata de escuchar la cantinela esquizoide de Mariano Rajoy, que Iñaki Gabilondo, en Cuatro, resumió al día siguiente del famoso cara a cara haciéndose preguntas que más de uno nos habíamos hecho. ¿Cuál es la cara verdadera del candidato popular, el mentiroso agresivo que dice que Zapatero se dedicó a agredir a las víctimas del terrorismo o el del poema lírico ñoño dedicado a la futura niña española, final surrealista de una intervención áspera que no gustó a la mayoría? De tanto escucharlo, cualquiera podría decir a estas alturas lo que Zapatero ha venido diciendo, sus logros de gobierno, subida de pensiones, avance de las libertades, ayudas a los jóvenes, fortaleza de la economía para hacer frente al temporal. Todo eso lo conocemos. Tanto un candidato como otro, y como jamás ha ocurrido antes en España, salta de cadena en cadena como lo pueda hacer Raquel Mosquera. Rajoy se fue el martes a Antena 3 y habló con Gloria Lomana, la directora de informativos. Más de lo mismo, a pesar de las preguntas enlatadas de los directores de periódico o llegadas por la Red de gente anónima. Pero de repente, en mitad del páramo de lo machacado, el interés surge con una frescura inusitada. Mamen Mendizábal entrevista a Zapatero ese mismo día en La Sexta, y se hace el milagro. Qué bien lo hace esta mujer, incisiva sin dejar de sonreír, certera en el manejo de los tiempos y de la temperatura del encuentro, logrando que el invitado, una de las pocas veces que lo he visto de verdad relajado, pase de lo público a lo privado como si no fuera un político. Detrás, la maestría de Mamen.