El agricultor de la Ribera ya no sabe en qué producto depositar sus esperanzas. El incremento de la producción (no previsto en el mercado a finales del mes de marzo), la climatología adversa en Europa y un descenso de consumo de la fruta con hueso en las mesas de las familias tanto a nivel nacional como internacional ha provocado una bajada drástica en las cotizaciones de precios. Contrasta con una calidad excelente de los productos, según los análisis iniciales realizados en las plantaciones de la Ribera. Suprema calidad, precios por el suelo. Es la tónica de los últimos años, el quebradero de cabeza del mundo agrícola que todos los cursos se ilusiona, parece que en balde, por la llegada de una campaña que le deje beneficios. Según evalúan los técnicos de la Copal (la cooperativa de Algemesí que supone uno de los centros agrícolas más potentes del territorio valenciano): «Nos encontramos ante una producción con una calidad excepcional que, sin embargo, no acompaña por su valor comercial. Iniciada la campaña con poca cantidad de fruta, los precios se mantuvieron similares o superiores a los de la campaña pasada. Sin embargo, las expectativas fueron disminuyendo a medida que aumentaban el ritmo de recolección y todas las zonas productoras mantenían un ritmo de comercialización extremadamente alto, en especial la región de Murcia, principal competidor de nuestra fruta».

En estos momentos la cooperativa algemesinense ha terminado de recolectar la mayoría de producción de melocotones y nectarinas, finalizando ya la entrada de albaricoque. Restan por recolectar otros productos como los paraguayos y ciruelos, lo que permite sin embargo hacer un balance inicial del resultado de la temporada agrícola.

La situación del sector

Las valoraciones sobre las complicaciones del sector se expanden desde todos los ámbitos agrícolas. La situación la denunció el nuevo delegado del sindicato agrícola AVA-Asaja en Alginet, Vicente Carmelo, que participó la pasada semana en Alzira en una jornada de reflexión para estudiar el estado del caqui y su comercialización. Carmelo denunció que el caqui se ha configurado, dadas las circunstancias, como la auténtica esperanza del agricultor ribereño, dado que el precio de la fruta con hueso es ínfimo respecto a su calidad y la naranja no levanta cabeza, con pérdidas continuadas por los bajos precios con los que se compra una fruta que durante décadas fue la base de la economía agrícola de la zona.

«Estamos inmersos en dos o tres años claves para el cultivo del caqui y es necesario que se produzca una mayor promoción de la fruta para llegar a más y mayores mercados, que se impliquen las instituciones políticas y que, por ejemplo, se cree una interprofesional del caqui para conseguir ayudas a nivel europeo», añadió Carmelo. En la actualidad, la Ribera, como máxima exportadora del caqui, «sólo» comercializa en el exterior 400.000 toneladas, «algo irrisorio si se compara con las manzanas o las peras», arguyó el nuevo delegado de Alginet.

Los máximos consumidores del fruto ribereño son Alemania, Francia y después el resto del territorio español, con cierta incidencia también en suelo italiano.