Las vacaciones, los deseos de paz y prosperidad, las reuniones familiares, la decoración, los postres típicos, la lotería o el intercambio de regalos parecen características más bien modernas de la Navidad. Sin embargo, todas ellas estaban presentes en las celebraciones que la civilización romana popularizó hace 2.000 años.
Se trata de la Saturnalia, que en un principio se reservó para el 17 de diciembre, pero posteriormente se prolongó hasta el día 23; toda una semana de banquetes, obsequios e intercambio de roles sociales, ya que los esclavos eran liberados de sus tareas cotidianas y eran servidos por sus amos.
Esta conexión entre el mundo clásico y el actual ha servido de inspiración a un grupo de profesoras para poner en marcha un nuevo recurso pedagógico dirigido a estudiantes y profesores de secundaria y bachiller, accesible a cualquiera a través de internet y muy bien documentado. Diferentes actividades y talleres forman parte de este instrumento que se han encargado de desarrollar Amparo Moreno y Charo Marco desde el aula permanente de cultura clásica en Sagunt, la Saguntina Domus Baebia, así como María Teresa Beltrán, María Teresa Cases y Xedes García, desde el grupo Galatea.
Entre las semejanzas que se destacan en el proyecto entre el pasado y el presente se encuentran los postres de frutos secos que se elaboraban en la época romana, similares a los actuales turrones. También entonces se preparaban ya los actuales roscones de Reyes, es decir, tortas dulces en las que se escondía una haba seca, que daba derecho al comensal que la encontraba a coronarse como princeps Saturnalicius y a que sus órdenes fueran cumplidas.
Banquete público
Esta fiesta incluía un banquete público abierto a todo el pueblo y paralizaba todas las actividades comerciales, educativas e incluso judiciales. Con ella, se rememoraba la Edad de Oro de la humanidad en la que gobernaba Saturno y no existían diferencias sociales, el sustento no se ganaba con el trabajo, reinaba la paz y siempre había comida.
La gente vestía sus mejores galas y se regalaban muñecos de barro (sigilla) en el seno del núcleo familiar, así como velas (cerei) entre los amigos. Libros, vajillas, perfumes, alimentos, ropa y obras de arte eran otros obsequios que se reservaban para las saturnales y se podían adquirir en mercaditos similares a los que proliferan hoy en día.
Además, se hacían sorteos de lotería y se permitían las apuestas en público.
Para acercarse más a todas estas tradiciones de hace siglos, la web propone todo tipo de actividades y talleres. Entre ellas, hay recetas de platos como calabazas a la alejandrina, pastel de membrillo, manzana y queso, bizcocho romano e incluso para hacer varios tipos de vino o bebidas.
También se dan ideas para una recreación de esta festividad romana o la elaboración de las estatuillas que servían de regalo para los más pequeños. Todo ello, unido a divertidos test, crucigramas o distintos textos para traducir, puesto al alcance de cualquiera de forma gratuita en www.culturaclasica.net/inicio/nuevo-recurso-saturnalia/. Todo, fiel a ese espíritu altruista que siempre impera en la Saguntina Domus Baebia, junto a ese vivo afán por documentarse, difundir y contagiar a los estudiantes el gusto por la cultura clásica.
