Paco Alcácer no se esperaba que, pese a que no era titular indiscutible en Mestalla, el FC Barcelona llamara a su puerta. Y menos que, ante la ausencia de un «nueve» fijo, tras la salida de Negredo al fútbol inglés, el Valencia CF estuviera decidido dar salida a un jugador de la cantera que era uno de los pocos referentes que quedaba en el vestuario. Pero así se escribe la historia.
Peter Lim acordó su traspaso al FC Barcelona por 30 millones de euros, gracias a la intermediación de Jorge Mendes, y pese a que la presidenta Layhoon dijera a las peñas que Alcácer no se marcharía de Mestalla, el traspaso ya estaba acordado. Su salida del club fue, cuanto menos, tortuosa. Envuelta en una polémica que recuerda a cuando Mijatovic mintió a las peñas del Valencia CF y a cuando Gaizka Mendieta quiso marcharse al Real Madrid y acabó jugando en el Lazio.
Precisamente Mendieta, al igual que antes lo había hecho Juan Antonio Pizzi, vistió la camiseta de ambos equipos. Pero jugó en otro equipo, el Tenerife, de por medio. Mendieta no rayó a buen nivel en Italia, pero cuando vestido de azulgrana visitó el coliseo valencianista, cuajó una actuación impecable y se marcó un auténtico partidazo. Lo mismo que muchos temen pueda pasar el sábado con Alcácer.
