A sus 9 años, la pequeña Carmen Monzonís Valero demostró ayer unas tablas y un saber estar que ya quisiera más de uno. Lo dejó claro desde el minuto cero. Y es que cuando la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, la llamó para comunicarle que acababa de ser elegida Fallera Mayor Infantil 2011, ella se los metió a todos en el bolsillo. Es más, tuvo mensajes para su antecesora, Ariadna Galán, para las niñas que integran su corte e incluso para el jurado. Y eso que la pequeña asegura que no lo tenía preparado, aunque lo cierto es "que sí había pensado en toda la gente a la que le quería dar las gracias".

A partir de este momento, la casa de su abuela paterna, la empresaria Marisa Marín, se convirtió en un hervidero. La pequeña los atendió a todos con respeto y una sonrisa, sabedora de que esa, precisamente su sonrisa, ha sido una de las claves de su éxito. Aunque no la única. La "capacidad de hacer grupo" o "saber cuándo es mejor ocupar un segundo plano" han sido determinantes para su elección, según el jurado.

Con un apellido, Monzonís, auténtica institución social en la ciudad, Carmen sabe bien lo que es compartir protagonismo. Melliza de su hermana Alejandra (ambas consensuaron que se presentaba ella y la otra, que iba escayolada, ha sido nombrada "consejera" de Carmen), la fallera mayor infantil tuvo, incluso, un recuerdo especial para su abuelo Ignacio, "que me mira desde el cielo".