Los comienzos no son fáciles. Es lo que deben pensar en la comisión de Ciudad Ros Casares, la única fundada en el actual ejercicio y que ha presentado el contrato de falla grande más pequeño de los últimos años: 850 euros para la falla grande. Una cifra que, por ejemplo, era lo que declaraba una comisión de la última sección (obviamente, la misma que militarán el próximo mes de marzo) hace viente años, cuando aún se contaba con pesetas.

Es lo que hay. Y como dice su primer presidente, Fernando Forano, «por lo menos, tenemos claro que hemos contratado a un artista agremiado, y que plantamos algo que se le puede llamar falla. Será un trabajo de un profesional».

Acuerdo con Fernando Uríos

Contratar un monumento fallero por ese precio sólo es posible en unas circunstancias de mercado como las actuales. Aún así, Forano recuerda que «las primeras propuestas que recibimos eran inalcanzables para nuestras posibilidades. Finalmente, nos pusieron en contacto con Fernando Uríos y llegamos al acuerdo». Curiosamente, la falla infantil tiene un precio muy parecido: 800 euros para el trabajo que plantará Sergio Alcañiz.

Constituir una nueva comisión parece, en estos momentos, una misión casi imposible. Mientras que su aprobación fue rápida y sencilla „no había ningún requisito objetivo que lo desaconsejara„ Ciudad Ros Casares está creciendo en un mar de adversidades. «Ahora mismo somos 41 falleros. Cuando nos constituimos pensábamos que íbamos a ser más, para qué negarlo. Pero nuestra preocupación ahora mismo es consolidar el proyecto». No será fácil porque incluso se han visto privados de la posibilidad de tener un local como casal. «El banco que es propietario del complejo prioriza el asentamiento de empresas. No en vano, es una ciudad empresarial. Sólo con el tiempo sabremos si podemos tener allí un local. De momento, nos reunimos en bares o casas particulares».

Debate sobre «mínimos»

Lo que sí que habrá este año es carpa. «Debemos tenerla porque no hay más remedio: si no hay casal, tiene que haber carpa para esos días. Y posiblemente la forma de consolidar el proyecto sea ese: mostrar un ambiente que pueda ser atractivo para los que todavía dudan». En principio, las previsiones económicas para los monumentos también eran modestas, pero no hasta este punto.

Este mínimo será uno de los datos que se conocerán en el próximo pleno de la JCF, donde se dará a conocer la clasificación de fallas. No debería extrañar que esto suscite una corriente de opinión reclamando un mínimo de dinero para poder celebrar fiesta e inscribirse en el concurso. El presidente de Ciudad Ros Casares sabe que «se nos ha criticado por el mero hecho de constituirnos. La verdad es que lo único que podemos decir es que si no les gusta que seamos tan modestos, que vengan a ayudarnos y a aportar. Todo el mundo es bien recibido aquí».