Solo unos pocos privilegiados participan cada año en la tradicional Batalla de Flores, uno de los actos más emblemáticos de la Fira de Juliol, que arranca hoy con 134 actividades previstas para todo el mes. En la guerra de clavelones se encuentran, por una parte, las Fallas, que participan en el acto montadas en carrozas engalanadas que recorren un circuito en el Paseo de la Alameda; y por la otra, los vecinos que ocupan los escasos palcos que rodean el circuito. Para conseguir las entradas, las colas duran horas. Al fondo, y cercados por una valla, se encuentra el público en general que, ni participa de la fiesta ni tiene posibilidad de hacerlo.

Sin embargo, este será el último año que la Batalla de Flores tendrá estas características. Y es que ayer el concejal de Fiestas, Pere Fuset, lo dijo alto y claro: «La intención de este Gobierno de cara a la Fira de Juliol del próximo año es abrir al público la Batalla de Flores. Queremos que participen más colectivos, aparte de las Fallas y aumentar el aforo de los palcos de forma que la participación sea más democrática y accesible. La Batalla de Flores merece una mayor atención y una proyección mundial porque es un evento histórico y patrimonial que, sin embargo, es el gran desconocido de la fiesta. Y eso va a cambiar». Ahora bien, el Gobierno tripartito ha asumido como propio el programa de fiestas previsto para la Fira de Juliol. No han tenido ni tiempo para modificarlo ni previsión de hacerlo. «Este no es nuestro modelo de fiesta, pero hemos tenido un margen de maniobra mínimo y hemos decidido actuar con prudencia por cuestiones técnicas y económicas». Por ello, solo hay dos cambios previsto en el programa. La primera novedad es decisión municipal y consiste en que la venta de entradas para la Batalla de Flores se realice desde internet para evitar «las largas colas que hoy en día no tiene ningún sentido». Eso sí, el concejal de Fiestas debe estudiar ahora cómo hacerlo. La segunda novedad viene impuesta ya que el ayuntamiento no dispone de la autorización pertinente para que los castillos de fuegos artificiales se celebren en la Marina Real Juan Carlos I y los espectáculos se dispararán en el tramo VI del Jardín del Turia, frente a las Torres de Serranos.

La programación de la Fira de Juliol de este año está diseñada por el PP, pero ayer Fuset la defendió como propia. Anunció las 134 actividades que conforman la programación y aseguró que el coste global asciende a 514.226 euros, entre 5.000 y 6.000 euros más barata que la edición anterior. Ahora bien, tras explicar que los actos arrancan hoy y enumerar algunos de los mismos, Fuset pasó a explicar cómo será la Fira de Juliol del próximo año, un momento propicio para darle un vuelco a la programación sobre todo si se tiene en cuenta que se celebrará el 125 aniversario de la fiesta.

Recuperar los pabellones

Entre las novedades que se prevén para el próximo año, Fuset destacó la recuperación «del espíritu de los pabellones, aunque adaptados al siglo XXI, para que sean un lugar de encuentro entre el ciudadano y los colectivos». Además, el concejal de Fiestas „que anunció también un cambio de nombre de la concejalía que pasará a denominarse «Cultura Festiva»„aseguró que la intención es que los actos también se celebren en junio y agosto «para ofrecer un verano repleto de actividades en la capital, de forma que sea también una atracción turística».