J. Marín, Benidorm

Se trataba de la segunda actuación en menos de una semana, en este caso centrada en la demolición de dos chalés abandonados y semiderruidos ubicados en pleno centro de la llamada «zona inglesa» del Rincón de Loix, que eran utilizados por indigentes y toxicómanos como refugio.

En el solar la falta de salubridad ha sido creciente en los últimos años debido al deficiente vallado existente, lo que provocó la aparición de ratas y focos de infección. Además de ello, la imagen de la localidad salía fuertemente perjudicada debido a que la zona es frecuentada por turistas y colinda con varios bloques de alquiler de apartamentos, cuyos propietarios se habían quejado en numerosas ocasiones del estado del solar y de las dificultades que les ocasionaba a la hora de alquilar sus pisos.

Ayer, el edil de Urbanismo, José Ramón González de Zárate, reconoció que la asociación de apartamentos turísticos demandaba desde hace tiempo una actuación de este tipo y admitió que la zona se había convertido en «un punto negro de delincuencia y falta de higiene».

El concejal, no obstante, precisó que el retraso en la demolición de los inmuebles se debía a los problemas surgidos con Iberdrola, que mantenía en el lugar un poste eléctrico que daba conexión a un edificio cercano y que no tenía obligación de retirar. «Tras una negociación se ha logrado. Nos ha tocado pagar algo, pero a cambio hemos conseguido el soterramiento de las líneas eléctricas» recalcó el edil. González de Zárate indicó que continuarán las gestiones para derribar todos aquellos inmuebles que generen problemas de higiene y seguridad.

Antigua denuncia

El caso de ayer ya fue denunciado por varias empresas de alquiler de apartamentos, administradores de fincas y locales de ocio, como publicó este periódico en noviembre de 2007. En aquel entonces lamentaban que «los ocupantes nocturnos» de los dos edificios se dedicaban a actividades relacionadas con el tráfico y consumo de drogas y apuntaron que durante el pasado verano algunos llegaron a adentrarse en la piscina de una urbanización colindante.

El socialista Manuel Cabezuelos pidió en su día que el Consistorio tomase medidas y el gobierno anunció la imposición de multas a la propiedad si no acometía el adecentamiento de la parcela o el derrumbe de los edificios.