Los «peirons» o cruces de término eran comunes en Teruel y Castellón. De hecho «hay un "peiron" en Miravete de la Sierra -Maestrazgo turolense- que es semejante al Peiron de Santa Lucía de Morella». Así lo han señalado Francisco Medina, autor del Libro «Els Peirons en la bailia de Morella» y Ana Cañizares, restauradora de la Fundación Blasco de Alagón. Ambos han participado en las jornadas «Rescatando el Maestrazgo», una iniciativa de la comarca turolense para dar a conocer el patrimonio más desconocido de este territorio de montaña.
«Son monumentos que estaban en los caminos para que los viajeros se encomendasen a Dios antes de salir de viaje», según explicó Francisco Medina. Se componían de «graderío, la Mola o base de la cruz, la caña, el capitel y la cruz donde estaba la parte ornamental y donde el artista se explayaba». Eran un indicativo del cruce de caminos. Están datados desde el siglo XV hasta el XXI. «Los del XV y XVI tienen una labra tan buena como la orfebrería», según destacan los especialistas».
Las comparativas realizadas señalan que «los talleres de Castelló compartían trabajos con los de Teruel. Incluso compartían artistas», aseguran los estudiosos.
Ambos relataron que el Peiron de Miravete de La Sierra era semejante al de Santa Lucía de Morella y los de la capilla del Salvador de Bordón guardan similitudes con las cruces de La Mata. La restauradora Ana Cañizares incidió durante las jornadas en que «llevamos 15 años restaurando estos monumentos».
Y es que hubo una época en que «los artistas se contrataban por su fama y su calidad artística. La cruz de Miravete de La Sierra la atribuimos a Antonio Sancho. Era un artista afincado en Morella que tiene las mejores cruces de la segunda mitad del siglo XV. Realizó cruces como la de Santa Lucía de Morella o la de Brusca de Catí. Son cruces extraordinarias. En Miravete vimos claramente que se trataba de este autor». No son las únicas similitudes halladas. «Los capitales de la capilla del Salvador de Bordón tienen grandes similitudes con las de la Mata. La relación era total porque los territorios no tenían una división tan clara como la que tenemos hoy en día. Las piezas eran de pequeño tamaño, se podían transportar con facilidad. El hacer una cruz en Morella y llevarla a Miravete era fácil porque podían ser transportadas sin ningún tipo de dificultad» describió Francisco Medina.
La Fundación Blasco de Alagón ha diseñado una exposición itinerante que ya ha recorrido Castelló, Benassal, Castellfort o Atzeneta del Maestrat. En ella se muestran las cruces de término restauradas por la entidad.
La Fundación ha editado, además, este libro sobre los peirones en la antigua bailía de Morella, un extenso trabajo que ha estudiado los principales monumentos de estas características desde Catí a Morella, pasando por Vistabella.
Uno de los trabajos más destacados que ha realizado la Fundación en los últimos años ha sido la realización de réplicas.