La plaza Cardona Vives es uno de los puntos neurálgicos del centro de Castelló. Ocupa el límite del casco antiguo y por la misma cruza la antigua muralla medieval. Lleva el nombre del que fuera reconocido benefactor y religioso castellonense, Joan Baptiste Cardona Vives.
El espacio público fue hace un par de años objeto de una remodelación integral que supuso un importante lavado de cara. Su reforma era entonces perentoria tras años de abandono. El proyecto se llevó a cabo para insertar el nuevo trazado del Tram, pero al mismo tiempo se adecentó la zona verde y se instalaron nuevos juegos infantiles.
Ahora conjuga su condición de jardín con la plataforma del bus guiado, una entrada a un aparcamiento subterráneo y amplias zonas peatonales.
En 2013, la plaza también estrenó un nuevo busto de Cardona Vives, que consiste en una réplica de la anterior obra en bronce del escultor Adsuara. El interior del pedestal dispone de una medalla de la Mare de Déu de Lledó y un retal de una sotana del propio Cardona Vives.
El entorno de Cardona Vives mantiene un importante dinamismo gracias al pequeño comercio y el sector hostelero.
Por contra, los vecinos de la calle Pescadores y alrededores critican la existencia de suciedad en la zona los fines de semana. Denuncian la falta de celeridad de los servicios de limpieza para retirar las noches del viernes y sábado los restos de orina que algunos jóvenes de fiesta realizan en las esquinas de Pescadores y alrededores. También perviven casas abandonadas que registran un inexorable proceso de degradación.